Barrio de La Lagunilla
Datos
El Barrio de La Lagunilla se encuentra ubicado al norte de la Colonia Centro - Centro Histórico y al sur-poniente de la Colonia Morelos. Es vecino, casi hermano, del barrio de barrios: Tepito. Su nombre se debe a que, durante la época prehispánica, esta zona era una bahía de agua perteneciente al Lago de Texcoco, que dividía a Tlatelolco de Tenochtitlan. Al igual que el Barrio de Tepito, desde sus origenes el Barrio de La Laguinilla ha sido un centro de intercambio comercial, sobre todo, luego de el crecimiento de la población alrededor de la Parroquia de Santa Catarina. Es uno de los sitios más emblemáticos de la Ciudad tanto por su zona de mercados, entre los que destaca el Mercado de la Lagunilla y el de Antiguedades, como por la Plaza de Garibaldi, donde se reúnen grandes grupos de mariachis para darle color a los festejos.
Ubicación[editar | editar código]
Los barrios conforman espacios donde la vida urbana asume caracteres propios y adoptan rasgos particulares que posibilitan la emergencia de identidades diferenciadas y que son una clara muestra de experiencia múltiple de habitar la ciudad.[1]
Por lo mismo, los límites del barrio no están formalmente establecidos. Según vecinos y comerciantes, serían: al norte la calle de Libertad, al sur República de Perú, al poniente el Eje Central y al oriente República de Brasil, calle que separa a La Lagunilla de su barrio vecino: Tepito.[2]
Historia[editar | editar código]
Prehispánica[editar | editar código]
El origen del Barrio de La Lagunilla no se encuentra en un asentamiento urbano, sino en un recurso natural: durante el esplendor de el Imperio mexica, Tenochtitlan y Tlatelolco estaban divididos por un cuerpo de agua que se unía con el lago de Texcoco. Al estar en medio de unas de las ciudades más grandes e importantes del Imperio, esta laguna adquirió mucha importancia por ser una bahía que comunicaba al mercado de Tlatelolco por medio de acequias, cuyos embarcaderos permitían los desplazamientos hacia la parte poniente del lago que rodeaba la ciudad.
En la parte sur del la bahía, se ubicaba el barrio de Colhuacatongo, “lugar donde da vuelta el agua”, el cual también forma parte La Lagunilla. Este barrio antiguo era uno de los siete que pertenecían a Cuepopan, una de las cuatro parcialidades o campan tenochcas, cuyos límites —conforme la nomenclatura actual— eran la calle del Órgano hacia el norte, República de Chile al oriente, por el sur República del Perú y por el poniente, Allende.[3] Era una zona de lodazales y, como su ubicación lo hacía propenso a los encharcamientos, con la llegada de los Conquistadores españoles fue conocido como La Lagunilla, cuya característica, tanto por la naturaleza del suelo, como la de sus habitantes, fue la resistencia mantuvo este barrio, incluso luego de haber caído el Imperio mexica.
Esta lagunilla se representó en el mapa de Uppsala, de mediados del siglo XVI. Aunque el agua desapareció en forma física, permanece en el nombre de este típico lugar.[2]
Colonial[editar | editar código]
Luego de la caída del Imperio mexica, lo pobladores españoles fundaron una cofradía bajo la advocación de Santa Catarina Mártir y, poco después, levantaron un hospital para la demanda local. Así, hasta 1537 se erigió una ermita dedicada a Santa Catarina de Alejandría, a instancias del conquistador español Hernán Cortés, la cual es una de las más antiguas de la Ciudad de México. Diversas donaciones, y principalmente el legado de doña Isabel de la Barrera, permitieron que en 1540 se terminara una nueva iglesia de mayor importancia, que sería ascendida al rango de parroquia en 1568.[4] Ésta, sin embargo, sufriría en un futuro las consecuencias de las inundaciones durante la segunda mitad del siglo XVII.[5] La construcción luego sería sustituida por la actual parroquia, que data del siglo XVIII.
A mediados del siglo XVI se establecería un mercado que llegó a ser uno de los más importantes de la ciudad colonial. Pues, con la edificación de la ermita y el hospital, la gente comenzaría a poblar los al rededores, a quienes se les hizo mejor instalar un propio mercado que asistir al Parián (antecedente de La Merced) o al de Tlatelolco para abastecerse.[6] Este mercado subsistió hasta finales de siglo XIX.
La Plaza de Santa María, ubicada en el barrio, ya aparece en el plano levantado por Gómez de Transmonte en 1628 e incluso desde 1620 ya se le consideraba como una de las más importantes de la ciudad, por localizarse al centro de la misma el mercado de abastos, que para entonces ya era tercero en importancia después del Parián y el Mercado en Tlatelolco. La Plaza de Santa Catarina fue adquiriendo mayor importancia conforme incrementó el crecimiento de población del Barrio La Lagunilla, pues la población giró entorno a ella.[5]
Excusado parece decir que si en el mercado de la Plaza Mayor [de Santa Catarina] había desorden y suciedad, en éste no faltaban jacales, mesillas, puestos de semillas y de almorcerías.[4]
En 1629 aconteció una terrible inundación que afectó principalmente La Lagunilla, tanto a la parroquia como al vecindario. Muchos habitantes se fueron de la zona y el sitio quedó tan desolado que la parroquia comenzó a pedir apoyos económicos porque casi nadie asistía al templo. Pues, no obstante los daños que tuvo la iglesia por la inundación, siguió en uso, hasta que con la venta de los bienes de Doña Isabel de la Barrera, lo cuales había había heredado para el beneficio de la parroquia, pudo ser restaurada. Estos trabajos concluyeron el 22 de enero de 1622, acompañados de una fiesta y una procesión.[4]
Por esta situación , el Barrio de La Lagunilla no comenzó a destacar sino hasta el siglo XVIII, cuando empezó a ser habitado por familias ilustres y se edificaron casonas y otros inmuebles residenciales.[5] Aunado a esto, en 1769 se instalo la Real Fábrica de Tabaco en La Lagunilla, única sede de la Ciudad de México, pues, como los costos del tabaco aumentaron, se volvió incosteable el trabajo de las cigarreras, dejando libre el camino al proyecto de creación de fábricas reales. Comenzó a operar con 700 trabajadores; a los pocos meses aumentó a 1500 y, para 1777, contaba con más de 7000 trabajadores, momento en que ya habían desaparecido todas las cigarreras de la Ciudad de México, no sin oposición: ese mismo año, los trabajadores dedicados a labrar cigarrillos encabezaron varias protestas que exigían abolir el estanco, a quienes se unieron dueños de antiguas cigarreras y otros comerciantes y almaceneros de tabaco externos. Sin embargo, las protestas fueron ignoradas y el monopolio continuó.[7]
Posteriormente, por real orden del 20 de abril de 1776, quedó establecido que se construyeran otros edificios para la industria tabacalera en México, Orizaba y Córdoba. Respecto a México, Carlos lll ordenó el levantamiento de una construcción adecuada para la producción de puros y cigarros, que sustituiría a la improvisada primer Real Fábrica de Tabaco de La Lagunilla; en consecuencia, el virrey Antonio María de Bucareli ordenó al ingeniero Miguel Constanzó el diseño de los planos. No obstante debido a diferentes problemas, como fue el caso de una gran sequía, para 1786 aún no se daba inicio a las obras.[8]
Siglo XIX[editar | editar código]
El siglo XIX no tuvo un buen inicio para el barrio ya que la fábrica de Tabacos fue trasladada a la ciudadela en 1807 lo que causó estragos en la economía de la zona, y con la independencia vino la inestabilidad política y después la epidemia de cólera de 1833 que asoló al barrio y ahuyentó a las familias que se habían establecido en él gracias al auge que se había dado a finales del siglo anterior.
No fue sino hasta finales del siglo XIX con la llegada al poder de Porfirio Díaz que el barrio experimentó un nuevo auge, gracias a la estabilidad económica del periodo y el progreso que este trajo a la ciudad, lo cual benefició al barrio de la Lagunilla ya que su cercanía con el recién construido hipódromo de Peralvillo y la estación del tren de Tlatelolco, así como mejoras como la Perforación de Pozos, -lo que resolvió el eterno problema de abasto de agua- propiciaron el establecimiento de familias de clase media alta en el barrio las cuales construyeron bellas casonas y edificios de departamentos. Muchas de estas construcciones sobreviven actualmente y le dan al barrio su característico paisaje de ventanas con molduras de cantera y balcones de herrería.
Siglo XX[editar | editar código]
La vendimia del lugar es continuación de un recinto que existió el siglo pasado: el antiguo mercado de La Lagunilla. Inaugurado en 1905 durante el Porfiato, esta construcción estuvo en pie por más de 50 años. [2] El 14 de septiembre de 1905 se inaugura el mercado de la Lagunilla, construido por Ernesto Canseco[13], que fue planeado como un centro de abasto de las nuevas colonias Guerrero y Santa María la Ribera.
Desde los últimos años del siglo XIX la ciudad había comenzado un crecimiento hacia el poniente, con la fundación de las colonias. Algunas de estas fueron planeadas par a albergar familias de clase media alta como la Santa María la Ribera y otras para extranjeros como la colonia Juárez y el crecimiento de estas colonias se aceleró en los primeros años del siglo XX con la llegada de transportes como el automóvil y el tranvía, que acortaron aún más las distancias. Este crecimiento también afecto al hipódromo de Peralvillo, que cierra en 1910 cuando es inaugurado el hipódromo de la condesa, y en 1913 finalmente es desmantelado.
Estos factores propiciaron un fenómeno de migración, en el que las familias acomodadas se mudaron a dichas colonias y muchas de las mansiones del barrio fueron fraccionadas y rentadas como departamentos y en algunos casos vecindades para personas de ingresos más modestos. Este fenómeno se repitió a mediados del siglo XX, cuando la población se mudó de las colonias porfirianas mencionadas a las nuevas colonias del Valle, Polanco y Condesa.
Para mediados de siglo el área del mercado estaba desbordada y al igual que el mercado de la Merced fue necesario reubicarlo en un nuevo edificio, y se encomendó al arquitecto Pedro Ramírez Vázquez un proyecto para reorganizar los mercados y el comercio de la zona, y es así como se construyen los tres mercados de la Lagunilla: El de comida, en el Eje 1 Norte y Peralvillo; el de telas y ropa, en el mismo Eje 1 Norte y Allende, y el de varios y muebles, localizado entre Allende y Juan Álvarez.[6] Lainauguración de dichos mercados fue en 1957.
Lugares emblemáticos[editar | editar código]
- Plaza de Garibaldi
- Plaza Santa Catarina
- Mercado La Lagunilla
Inmuebles catalogados[editar | editar código]
Oficinas gubernamentales[editar | editar código]
- Juzgado del Registro Civil No. 1
- Juzgado Cívico Cuh4
Iglesias, templos, parroquias, capillas, conventos[editar | editar código]
Estaciones de transporte: metro y autobuses[editar | editar código]
Museos[editar | editar código]
Centro cultural[editar | editar código]
Escuelas[editar | editar código]
Hospitales[editar | editar código]
- Hospital Jesús Médico
Hoteles[editar | editar código]
Mercados y tianguis[editar | editar código]
- Mercado La Lagunilla
Bares, centros nocturnos, cantinas y pulquerías[editar | editar código]
- Salón Tenampa
Restaurantes, cafeterías y fondas[editar | editar código]
Fiestas, festivales y ferias[editar | editar código]
Familias de varias generaciones, fundadoras[editar | editar código]
Personajes celebres[editar | editar código]
- Jorge Ortíz de Pinedo. Actor, productor, empresario, vivió en la Calle de Honduras 17.
- Francis Alÿs. Artista multidisciplinario Belga.
- René Bejarano. Político de izquierda, profesor y catedrático universitario vivió en la Calle Mariana Rodríguez del toro de Lazarín.
- Rodolfo Casanova "el chango", "el nevero de la Lagunilla". Boxeador profesional contendiente al título mundial peso gallo. Fue el boxeador Mexicano más popular de la primera mitad del siglo XX.
- Julio Castillo. Director de teatro y actor.
- Luis de Alba. Actor cómico de televisión, cine y teatro.
- Antonio Hernández "El Espectro". Luchador profesional.
- Mariano Pérez de Tagle. Militar y político
- Vicente Quirarte. Poeta, ensayista y escritor. Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y del Colegio Nacional
- Elvira Ríos. Cantante y actriz.
- Juventino Rosas. Compositor y músico. Vivió en el callejón de la amargura.
- Protasio Tagle. Militar, político, hacendado y jurista. Vivió en la calle república de Brasil 74.
- Luis Villanueva Páramo "Kid Azteca". Boxeador profesional durante cuatro décadas (1932 - 1961). Fue campeón nacional Wélter durante 17 años, retirándose invicto. Vivió en la calle de Honduras número 14.
- José Antonio Villaseñor y Sánchez. Matemático, historiador y geógrafo de origen Potosino. Vivió en la calle Calle Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín.
Personajes inolvidables[editar | editar código]
Referencias[editar | editar código]
- ↑ Ernnesto Aréchiga, Tepito: del antiguo barrio de indios al arrabal. 1868-1929, historia de una urbanización inacabada. México: Ediciones ¡Uníos!, 2003, p. 31.
- ↑ 2,0 2,1 2,2 Tomado de: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mochilazo-en-el-tiempo/la-lagunilla-la-mas-brillante-feria-de-trapos.
- ↑ Tomado de: https://www.eluniversal.com.mx/articulo/cultura/patrimonio/2017/07/3/hallan-en-vecindad-recinto-de-nobles-mexicas.
- ↑ 4,0 4,1 4,2 José María Marroquí, "Calles y Plaza de Santa Catarina" en La ciudad de México. México: Imprenta La Europea, 2000, pp. 94-101.
- ↑ 5,0 5,1 5,2 S.A., "Plaza Santa Catarina Mártir" en Artes de México, No. 110, La Ciudad de México, No. VI: Sus plazas: Segunda Parte (1968), pp. 74-83.
- ↑ 6,0 6,1 Tomado de: https://www.proceso.com.mx/370491/la-lagunilla-no-es-patio-trasero-del-centro-historico-advierten-comerciantes.
- ↑ María Amparo Ros, "La real fábrica de tabaco ¿un embrión del capitalismo?" en Historias. Revista de la Dirección de Estudios Históricos. Num. 10, julio-septiembre, 1985.
- ↑ Tomado de: https://mediateca.inah.gob.mx/islandora_74/islandora/object/guia%3A121.