Panteón de Santa Paula (1784 - 1824)

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Datos

Época
Porfiriato / 1784-1824

Cementerio de Santa Paula Principal .png

Sección
Alcaldía
Colonia
Dirección
Calle San Fernando 11-A, Colonia Guerrero, Cuauhtémoc, 06300 Ciudad de México, CDMX
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Coordenadas
19° 26' 19.46" N, 99° 8' 54.42" W

El Panteón de Santa Paula era un antiguo panteón ubicado entre las calles actuales de Moctezuma, Magnolia, Galeana y el Eje Central Lázaro Cárdenas en la actual Colonia Guerrero dentro de la Alcaldía Cuauhtémoc en la Ciudad de México. Tenía 37,800 metros cuadrados de extensión y funcionó de 1784 a 1824.

Historia[editar | editar código]

En lo que es hoy Paseo de la Reforma Norte y las calles que allí convergen, Moctezuma, Mosqueta, Camelia y otras más, estuvo el Panteón de Santa Paula, que perteneció a la Parroquia de Santa María la Redonda. En este templo, de acuerdo con las costumbres funerarias de la Nueva España emanadas del medievo, enterraban a los muertos al interior de parroquias, conventos, atrios y criptas, el cual se consideraba "suelo santificado", también conocido como camposanto.

En 1779 se dio la epidemia de viruela, que atacó a más de 40 000 personas, por lo que en un intento por sanear el aire de la ciudad, el arzobispo Alonso Núñez de Haro y Peralta hizo la solicitud para que se señalaran dos camposantos en las afueras de la ciudad. Para 1784, el mismo arzobispo cedió al Hospital de San Andrés un terreno llamado Santa Paula, cercano a la parroquia de Santa María La Redonda, para que fueran enterrados en él los fallecidos en dicho hospital; la pequeña capilla fue bendecida el 25 de febrero de 1786, y para 1787 se convirtió en un cementerio comunitario. Finalmente no fue sino hasta 1836 cuando se convirtió oficialmente en el Panteón General de Santa Paula.

El panteón contaba con 37 800 m2 y se encontraba ubicado al sur del camposanto de San Andrés. Sus límites eran: al norte, la calle Moctezuma; al este, Santa María la Redonda (actual Eje Central); al sur, la calle Magnolia, y al poniente la calle Galeana. En ese lugar se sepultaban personas de escasos recursos. Por humildad, ahí se hizo enterrar el primer Conde de Regla, Leona Vicario, doctor Cayetano Andrade, así como a cuatro héroes de la guerra de 1847. También fue última morada del general Melchor Múzquiz, presidente interino de la República (del 14 de agosto al 25 de diciembre de 1832) y de la última virreina de México, María Josefa Sánchez Barriga y Blanco de O'Donojú, quien nunca pisó salones del palacio virreinal ya que su esposo, Juan O'Donojú, antes de llegar a la Ciudad de México suscribió los Tratados de Córdoba, en los que se reconocía la Independencia de la Nueva España, y dejó así de regir sus destinos.[1]

También en ese panteón, el general Antonio López de Santa Anna hizo enterrar la pierna que años antes había perdido en Veracruz, durante la llamada Guerra de los Pasteles. La pierna estuvo sepultada desde 1838 en su hacienda Manga de Clavo, en el estado de Veracruz. Este singular entierro se efectuó el 27 de septiembre de 1842, con la presencia del propio militar. Años más tarde, cuando Santa Anna pensó ceñirse la corona imperial, un grupo de personas que se oponían exhumaron la pierna de su nicho y la pasearon por las calles.[2]

De igual forma, se dio cabida a muchos de los muertos que dejó la epidemia de cólera de 1850-1851.​ Tiempo después, el Panteón de Santa Paula quedó casi destruido a consecuencia de un temblor ocurrido en 1858, por lo que fue clausurado junto con los panteones de San Fernando, Los Ángeles y San Diego, pues al ser absorbidos por la ciudad, constituían un riesgo para la salud pública. A consecuencia de la constitución de nuevos fraccionamientos, como la colonia Guerrero, en 1881, el panteón fue lotificado y vendido un año después con miras a realizar las ampliaciones de las calles de Magnolia, Moctezuma, Magueyitos (Galeana) y Rinconada de Santa María (Riva Palacio); sin embargo, en 1883 se reabrió el panteón, con el propósito de inhumar a las víctimas del cólera.​ Para 1900, el panteón se encontraba totalmente fraccionado. En 1901, se ordenó limpiar el terreno de Santa Paula, para que finalmente, en 1903, se llevase a cabo la demolición de la bardas que todavía quedaban en pie.[1]

Pero allá por sus épocas de gloria en el siglo pasado, era un panteón muy famoso porque ahí sepultó a gente importante del siglo XIX, incluyendo a Antonio López de Santa Anna, o al menos una parte de él, porque se dice a manera de tradición oral, que ahí le dio cristiana sepultura con todos los honores a la pierna que le volaron en una guerra.

Fuera de los celebres personajes que se vinculan a este lugar, lo que más llama la atención es que en ese panteón había muchas apariciones y espantos que mucha gente había tenido la mala fortuna de ver. Se escuchaban todas las noches los llantos de niños, y personas mayores, que eran más bien alguna especie de lamentos.

No falta quien tenga presente que alguna vez vio salir del cementerio a una mujer completamente vestida de negro, parecía que estaba de luto, quien la veía la primera vez, encontraba un poco raro que ella se encontrara dentro del panteón cuando este ya tenía sus pesadas rejas de hierro cerradas, pero esa extrañeza se tornaba en espanto, cuando sin esfuerzo alguno, atravesaba las rejas metálicas volviéndose traslucida en instantes, cruzando la calle frente a sus inmóviles espectadores, para recorrer cierto tramo flotando a unos centímetros del suelo, hasta llegar a una casona que estaba por el rumbo. Donde se perdía de vista, dejando detrás un pobre transeúnte asustado y con la sangre helada.

En 1779 azoto una epidemia de viruela en la Ciudad de México que atacó a más de 40,000 personas, por lo que en un intento por sanear el aire de la ciudad, el arzobispo Alonso Núñez de Haro y Peralta hizo la solicitud para que se señalaran dos camposantos en las afueras de la ciudad. Para 1784, el mismo arzobispo cedió al Hospital de San Andrés un terreno llamado Santa Paula, cercano a la parroquia de Santa María La Redonda, para que fueran enterrados en él los fallecidos en dicho hospital; la pequeña capilla fue bendecida el 25 de febrero de 1786, y para 1787 se convirtió en un cementerio comunitario. Finalmente no fue sino hasta 1836 cuando se convirtió oficialmente en el Panteón General de Santa Paula.

En ese lugar se sepultaban personas de escasos recursos. Se sepultaron a personajes ilustres, como también a victimas que dejó la epidemia de cólera de 1850-1851 en México. Tiempo después, el Panteón de Santa Paula quedó casi destruido a consecuencia de un temblor ocurrido en 1858, por lo que fue clausurado junto con los panteones de San Fernando, Los Ángeles y San Diego, pues al ser absorbidos por la ciudad, constituían un riesgo para la salud pública.

En 1881 el panteón fue cerrado para ampliar las calles donde este se encontraba, sin embargo, en 1883 se reabrió el panteón, con el propósito de inhumar a las víctimas del cólera. En 1901, se ordenó limpiar el terreno de Santa Paula, para que finalmente, en 1903, se llevase a cabo la demolición de las bardas que todavía quedaban en pie.

Personajes ilustres[editar | editar código]

Bibliografía[editar | editar código]

Referencias[editar | editar código]

  1. 1,0 1,1 Tomado de: http://vivirtlatelolco.blogspot.com/2010/04/la-guerrero-una-mirada-al-barrio-de-los.html
  2. Tomado de: https://www.proceso.com.mx/375240/la-popular-y-bella-colonia-guerrero