Templo Mayor
Datos
El Templo Mayor es una de las 49 Maravillas de la Ciudad de México. Se encuentra junto a la Catedral Metropolitana, en la Colonia Centro - Centro Histórico, de la Alcaldía Cuauhtémoc. Este recinto fue el centro ceremonial y religioso del Imperio Mexica y la Gran Tenochtitlán. Para los mexicas, el Templo Mayor ocupaba el centro del universo y por esa razón no podía ser cambiado de lugar. A ello se debe que cada vez que querían agrandarlo, se construía un nuevo edificio sobre el anterior conservando las mismas características fundamentales, es decir, dos capillas en la cúspide y escalinata doble en la fachada principal.[1] Desde 1987 se abrió el Museo del Templo Mayor para mostrar muchos de los descubrimientos arqueológicos y revivir la historia y cultura del Imperio mexica. Por fuera, una parte del Templo se encuentra a la vista de quienes caminan cerca del Zócalo capitalino para recordar lo que alguna vez fue la gran ciudad encima del lago.
Este Museo pertenece a nuestra lista de las 49 Atracciones turísticas más visitadas.
Orígenes[editar | editar código]
Época Prehispánica[editar | editar código]
Tendremos que remontar varios siglos para situarnos en el momento en que los aztecas o mexicas, fundan su ciudad de Tenochtitlan en medio del lago de Texcoco. Esto ocurrió, según lo señalan varias fuentes históricas, hacia 1325 d.C. Tanto el mito como los datos históricos se entretejen para hablarnos de diversos aspectos relativos a la fundación de la ciudad. El primero de ellos es aquel que se refiere al encuentro del águila parada sobre el nopal, símbolo que el dios Huitzilopochtli había señalado para identificar el lugar prometido. Bien sabemos que el águila representa al Sol y por ende al dios mencionado. Sin embargo, algunas fuentes exponen que eran pájaros los que tenía en sus garras el ave, como apunta fray Diego Durán. También tenemos la versión de que el águila está sola sin nada en el pico, como se observa en la lámina 1 del Códice Mendocino y en un monumento de piedra: el Teocalli de la Guerra Sagrada.
Los estudiosos de religiones están de acuerdo en el hecho de que, en la antigüedad, toda fundación de ciudad iba acompañada de presencias importantes, ya fuera un animal, una planta, un objeto, etc. Los mexicas, como vemos, no fueron ajenos a esto. Se trata de la manera de legitimar por medio del mito el lugar que ocuparían, pues la ciudad es una representación del cosmos. A esto hay que agregar cómo en ese año de 1325 ocurrió un eclipse solar, fenómeno natural de gran relevancia en Mesoamérica, de ahí la necesidad de adoptar esta fecha para la fundación, ya que el eclipse representaba la lucha entre el Sol y la Luna, de la cual el primero salía triunfante. Este combate se narra en el conocido mito del enfrentamiento entre Huitzilopochtli, dios solar y de la guerra, y Coyolxauhqui, deidad lunar, que cobra vida en el Templo Mayor de Tenochtitlan.[2]
Historia[editar | editar código]
Prehispánica[editar | editar código]
Los mexicas se establecieron en los islotes en medio del lago de Texto, que pertenecían al señor de Azcapotzalco, quien permitió que se asentaran ahí siempre y cuando fueran sus tributarios y lo ayudaran en sus guerras de conquista. Así ocuparon éstos los terrenos en donde fundarían su ciudad, en cuya construcción emplearon sus conocimientos lacustres. Posteriormente, establecieron el espacio sagrado en donde se construyeron el templo a sus dioses, separado del espacio profano, que sería la habitación de los hombres. Asimismo, construyeron grandes calzadas que unieron a Tenochtitlan con tierra firme: la de Iztapalapa corre hacia el sur; la del Tepeyac hacia el norte; la de Tacuba hacia el poniente, y se habla de una cuarta calzada que se dirigía hacia el oriente. Con ello, el Templo Mayor y el recinto ceremonial quedaría como centro fundamental.
el enorme monumento tuvo siete etapas constructivas durante las cuales el edificio fue agrandado por sus cuatro lados, además de otras ampliaciones parciales. La última etapa constructiva tuvo hasta 82 m por lado y alcanzó una altura aproximada de 45 m. El edificio está orientado hacia el poniente y sobre una enorme plataforma se asienta el edificio con sus cuatro cuerpos superpuestos y los dos adoratorios en la parte alta. Uno de ellos está dedicado a Huitzilopochtli, dios solar y de la guerra, y el otro a Tláloc, dios del agua, de la fertilidad. Esta dualidad representa los dos aspectos en que se sustentaba la economía mexica: por un lado la guerra, como medio de hacerse de diversos productos tributados por las áreas conquistadas, y por el otro la producción agrícola, indispensables ambos para el sostenimiento de Tenochtitlan.[2]
Colonial[editar | editar código]
Durante los últimos días de la guerra de conquista, el asedio fue imparable, hasta que, el 13 de agosto de 1521, la ciudad al fin se rindió. Hernán Cortés ordenó la completa demolición de los pocos edificios que aún se mantenían en pie. Sobre sus ruinas se construirían los cimientos de la capital de la futura Nueva España.[3]
1900[editar | editar código]
Valiosas investigaciones a principios de siglo XX comenzaron a dar luz sobre los restos del Templo Mayor que habían sido encontrados siglos atrás. En 1900, el arqueólogo Leopoldo Batres dio con una escalinata, pero no la relacionó con el templo. Trece años después, el antropólogo Manuel Gamio la identificó como parte de la fachada de poniente del monumento precolonial, estableciéndose así su verdadera ubicación.[3] Además, Eduardo Seler, durante las estas primeras décadas, identificó correctamente una cabeza de Coyolxauhqui, que había sido encontrada en 1829 cerca de la pirámide mayor, y relacionarla con el edificio estimando que debía estar colocada encima del Coatépetl, delante del santuario.[4]
1978[editar | editar código]
Sin embargo, con el hallazgo fortuito del monolito de la diosa Coyolxauhqui el 21 de febrero de 1978, por trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, el estudio de la cultura mexica tuvo un parteaguas, iniciándose el Proyecto Templo Mayor, con el objetivo en un principio, de identificar la identidad de la diosa. Bajo la dirección de Eduardo Matos Moctezuma, se hicieron las primeras excavaciones arqueológicas del Proyecto. Entre 1978 y 1982 se recuperaron más de 7 mil objetos, salieron a la luz los vestigios del Templo Mayor de Tenochtitlan y de algunos edificios aledaños.
Tales descubrimientos dieron origen a la iniciativa de edificar un museo de sitio para exhibir lo encontrado y con ello complementar la visita de la zona arqueológica. El Museo del Templo Mayor abrió sus puertas el 12 de octubre de 1987, y en el marco de su aniversario 30 se espera llegar a los 20 millones de visitas.[5]
Arquitectura[editar | editar código]
El Templo Mayor, según Fray Bernandino de Sahugún, estaba compuesto por 78 edificios, de los cuales sólo se han identificado 24 en las excavaciones arqueológicas.[6]
La principal torre de todas estaba en el medio y era más alta que todas, era dedicada al dios Huitzilopochtli o Tlacauépan Cuexcótzin. Esta torre estaba dividida en lo alto, de manera que parecía ser dos y así tenía dos capillas o altares en lo alto, cubierta cada una con un chapitel, y en la cumbre tenía cada una de ellas sus insignias o divisas distintas. En la una de ellas y más principal estaba la estatua de Huitzilopochtli, que también la llamaban Ihuícatl xoxouhqui; en la otra estaba la imagen del dios Tláloc […] Estas torres tenían la cara hacia el occidente, y subían por gradas bien estrechas y derechas.
Son varios los datos que existen, tanto escritos como pictográficos, que indican cómo era el edificio. Esta información permitió a don Manuel Gamio plantear que aquellos restos que él excavara en la esquina de Seminario y Santa Teresa en 1914, eran los del Templo Mayor, a diferencia de don Leopoldo Batres que lo ubicaba debajo de la Catedral y orientado hacia el sur. Sin embargo, la confirmación plena de la hipótesis de Gamio sólo vino a confirmarse, sin lugar a dudas, hasta las excavaciones del Proyecto Templo Mayor, ya que a partir de 1978 se encontró el dato arqueológico incontrovertible de que se trataba de este edificio: la doble escalinata característica y los adoratorios de Tláloc y Huitzilopochtli, además de una información rica y variada que nos permitía avalar lo dicho por los cronistas. Así, ambas ramas se unían y la primera nos daba la base inicial para asentar la hipótesis y la segunda nos proporcionaba el dato real, confirmando a su vez que la hipótesis era válida en el caso concreto del Templo Mayor.[7]
La situación de los edificios aledaños al Templo Mayor es diferente, pues ahí se encontraron grandes patios enlosados en los que se desplantan algunos vestigios y edificios menores, pero no por eso menos importantes. Era el patio de este templo muy grande: tendría hasta doscientas brazas en cuadro. Era todo enlosado y tenía dentro de sí muchos edificios y muchas torres. [7]
Zona Arqueológica[editar | editar código]
La zona arqueológica del Templo Mayor comprende 1.2 hectáreas, predominando sin duda el edificio religioso más importante de Tenochtitlan, dedicado a Huitzilopochtli, dios solar de la guerra, y a Tláloc, el dios de la lluvia. Sin embargo, en sus inmediaciones se rescataron otras construcciones relevantes: hacia el norte tres adoratorios de menor tamaño, entre ellos un Altar Tzompantli y uno de dos templos rojos dedicados al dios Xochipilli, así como la Casa de las Águilas, de mayores proporciones; hacia el poniente, y muy cerca de donde se encuentra el museo, pueden apreciarse los vestigios parciales de la gran plataforma que limitaba al recinto sagrado de México-Tenochtitlan por sus cuatro costados. Finalmente, hacia el sur se halla el segundo de los templos rojos consagrados al dios Xochipilli, los cuales por cierto imitan el estilo arquitectónico teotihuacano.
El recinto sagrado prehispánico era una gran plaza de forma cuadrada, de aproximadamente 350 x 350 metros, cuyo piso estaba formado por losas de piedra y que alojaba en su interior, de acuerdo con la obra de fray Bernardino de Sahagún, 78 edificios y lugares dedicados al culto religioso, de los cuales unos 36 se han podido detectar arqueológicamente incluyendo altares, el juego de pelota, el templo semicircular dedicado al dios Ehécatl-Quetzalcóatl, el Calmécac, uno de los edificios llamados Cuauhxicalco y el Templo del Sol, entre otros.
Este amplio espacio, como ya se dijo, estaba separado del resto de la ciudad por una gran plataforma con escalinatas hacia ambos lados y de él partían las tres grandes calzadas que a su vez comunicaban la ciudad con la tierra firme: hacia el sur la de Iztapalapa, hacia el poniente la de Tlacopan (Tacuba) y hacia el norte la de Tepeyac. Los únicos que tenían acceso permanente al recinto sagrado eran los sacerdotes, guerreros, gobernantes y estudiantes del Calmécac; la gente común sólo tenía permitida la entrada durante la celebración de las fiestas cívico-religiosas, convirtiendo al recinto en un verdadero centro de convivencia masiva.[1]
Ventanas arqueológicas[editar | editar código]
Además de estas edificaciones, desde noviembre de 2016 pueden verse los vestigios del Gran Basamento -ubicado en lo que fue el límite norte del Recinto Sagrado de México-Tenochtitlán- a través de dos ventanas arqueológicas ubicadas en la calle República de Argentina, entre Justo Sierra y San Ildefonso. El Gran Basamento, que puede verse a través de una primera ventana, mide cerca de 13 metros de longitud; y una segunda de 4 metros de largo por 3.25 de ancho, mide 40 metros de norte a sur. Se considera que es uno de los edificios más importantes del centro ceremonial tenochca, el cual ha sobrevivido al paso del tiempo, presentando un estado de conservación único.
Las ventanas arqueológicas tienen como propósito mostrar que Tenochtitlan fue una enorme ciudad que no sólo incluyó al Templo Mayor, sino 78 grandes edificaciones, que gracias al trabajo tanto del Proyecto Templo Mayor como del Programa de Arqueología Urbana, se están recuperando. El frente principal del basamento hacia el lado oeste atraviesa la calle de República de Argentina, y entra parcialmente por debajo de los edificios aledaños, por lo que no se tiene certeza de su ancho en un eje este-oeste, aunque se calcula que debe ser de las mismas dimensiones por sus cuatro lados.
Este Gran Basamento presenta evidencias de por lo menos cinco etapas constructivas que comprenden el periodo entre 1440 y 1521 d.C. Por ahora se desconoce la función original de esta construcción o si estuvo dedicada a alguna deidad. Aparte de varias subestructuras del edificio, por una de las ventanas se observa la intrusión de un drenaje de tubos de barro vidriado que se hizo durante el Porfiriato, así como bloques de andesita que son la base de un drenaje virreinal.[5]
Museo[editar | editar código]
El Museo del Templo Mayor abrió sus puertas el 12 de octubre de 1987 y ha recibido, hasta ahora, a más de trece millones de visitantes. Su creación fue consecuencia de las excavaciones arqueológicas realizadas por el Proyecto Templo Mayor en su primera temporada, entre 1978 y 1982, las cuales se hicieron bajo la dirección de Eduardo Matos Moctezuma y permitieron recuperar una colección de más de 7 mil objetos, así como los vestigios del Templo Mayor de Tenochtitlan y de algunos edificios aledaños. Todo ello dio origen a la iniciativa de edificar un museo de sitio para exhibir dicha colección y, al mismo tiempo, complementar la visita de la zona arqueológica.
Este recinto se distribuye en ocho salas, cuatro en su costado sur y otras tantas en su costado norte. El proyecto museográfico original se basa en la distribución misma del Templo Mayor, en el cual se rendía culto a dos divinidades: a Huitzilopochtli, dios solar de la guerra y patrón de los mexicas, cuya capilla se encontraba en el lado sur del edificio, y a Tláloc, dios de la lluvia vinculado de manera directa con la agricultura, cuyo templo ocupaba el lado norte. De esa manera, las cuatro primeras salas están dedicadas a Huitzilopochtli y en un sentido amplio a la guerra, incluyendo los productos obtenidos por los mexicas a través de sus conquistas territoriales, mientras las cuatro últimas tratan sobre Tláloc, la agricultura y la explotación que los mexicas hicieron de los recursos naturales en general.
El lugar principal del vestíbulo lo ocupa, desde el año 2010, el magnífico e impresionante relieve policromado que representa a la diosa de la Tierra, Tlaltecuhtli, la mayor pieza escultórica de factura mexica que se ha encontrado. Su hallazgo tuvo lugar el 2 de octubre de 2006 y puede apreciarse su policromía original gracias a un magnífico trabajo de restauración. Por su parte, en la parte central del segundo nivel del museo se encuentra la otra pieza estelar de este recinto: el gran monolito circular que representa en relieve a la diosa lunar, Coyolxauhqui; su gran importancia obedece no sólo a su magnitud y belleza, sino también porque fue gracias a su hallazgo accidental, ocurrido en la madrugada del 21 de febrero de 1978, que dieron inicio las excavaciones del Proyecto Templo Mayor, cuyo fruto es todo lo que hoy día puede apreciar quien visita este lugar.[8]
Divinidades[editar | editar código]
- Coyolxauhqui
- Huitzilopochtli
- Tláloc
Referencias[editar | editar código]
- ↑ 1,0 1,1 Tomado de: https://www.templomayor.inah.gob.mx/historia/zona-arqueologica-del-templo-mayor.
- ↑ 2,0 2,1 Tomado de: https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/el-templo-mayor-de-tenochtitlan-ciudad-de-mexico.
- ↑ 3,0 3,1 Tomado de: https://www.lavanguardia.com/historiayvida/edad-moderna/20190324/47309892142/el-templo-mayor-de-tenochtitlan.html.
- ↑ Michel Graulich, "El simbolismo del Templo Mayor de México y sus relaciones con Cacaxtla y Teotihuaca" en Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, Vol. 23, N° 79, México, septiembre-noviembre, 2001.
- ↑ 5,0 5,1 Tomado de: https://www.gob.mx/cultura/prensa/la-zona-arqueologica-y-el-museo-del-templo-mayor-un-encuentro-con-los-origenes-de-mexico.
- ↑ Tomado de infografía INAH, en https://www.templomayor.inah.gob.mx/.
- ↑ 7,0 7,1 Eduardo Matos Moctezuma, "Los edificios aledaños al Templo Mayor" en Estudios de cultura Náhuatl, 0071-1675, Nº. 17, 1984.
- ↑ Tomado de: https://www.templomayor.inah.gob.mx/historia/acerca-del-museo.