Hotel de Cortés
El Hotel de Cortés es uno de los inmuebles con más historia y leyendas a su alrededor. Fue construido a principios del siglo XVII y está ubicado sobre la Avenida Hidalgo, frente a la Alameda Central en la Colonia Centro - Centro Histórico de la Alcaldía Cuauhtémoc. Fue edificado por la orden de los agustinos y su nombre oficial era Hospicio de Santo Tomás de Villanueva. Era un sitio de descanso temporal pero exclusivo para ciertos grupos, en este caso los frailes agustinos recoleto. Luego de la Independencia se convirtió en el Hotel Cortes y por muchos años fue considerado como uno de los mejores hoteles del Centro Histórico dadas sus particularidades arquitectónicas. A partir del 2018 este lugar alberga el Museo de Arte Kaluz del empresario Antono del Valle.
Datos
Descripción[editar | editar código]
El edificio que se ubica sobre la avenida Hidalgo, frente a la Alameda Central, fue construido a principios del siglo XVII y es reconocido como uno de los primeros hospicios de América. Fue edificado por la orden de los agustinos, en él se alojaban los frailes previo al embarque hacia la cristianización de las Filipinas. [1]
Era un sitio de descanso temporal pero exclusivo para ciertos grupos, en este caso los frailes agustinos recoletos. En tanto, los hospicios eran sitios que alojaban, alimentaban y cuidaban a indigentes y niños huérfanos.
Historia[editar | editar código]
Época Colonial
No se sabe cuándo ni quién construyó el edificio, o si los agustinos lo compraron o lo rentaron, pero sí se conoce que lo ocuparon como hospedería desde 1608. Allí los misioneros que iban de España a Filipinas descansaban de su viaje trasatlántico, se adaptaban al clima y tras una breve estancia, partían hacia Acapulco para embarcarse en la Nao de China o Galeón de Manila.[2]
Después de morir a médiados del siglo XVI en su sede arzobispal de Valencia de España, el religioso agustino Tomás de Villanueva fue reconocido oficialmente como santo en los principios del XVII, por lo que, cuando el 28 de mayo de 1665 la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Religiosos Agustinos Ermitaños Descalzos de las Islas Filipinas otorgó facultades precisas a fray Juan de Borja para que, en calidad de comisario procurador pasara a Nueva España y fundara un hospicio para sus misioneros en la ciudad de México, se puede decir que el culto a ese santo era un orgullo actual de los religiosos agustinos, razón que pudo contribuir a que pusieran al nuevo hospicio de México bajo el patrocinio de su nombre. [3]
Fray Juan de Borja poco después cumplió su cometido, y aunque al parecer en los principios lo llamaron Hospicio de Jesucristo, sin embargo pasó a la posteridad y ahora lo rescatamos con su nombre de Hospicio de Santo Tomás de Villanueva. De fray Borja fundador, el padre Agustín María de Castro aseguró que él y sus compañeros "combarcanos" vieron su retrato en pintura al pie de la escalera del hospicio en 1753, cuando él pasó por México, procedente de su natural España, con destino al oriente. La vida de esta institución corrió a lo largo de la porción restante del siglo XVII, de todo el siguiente siglo XVIII, pero la consumación de la independencia de México le anunció su fin, porque los golpes que recibió entonces sólo fueron unanticipo del rudo y definitivo que sufrió al ser expulsados del país los españoles en 1827 y años posteriores. Razón por la cual los religiosos misioneros españoles ya no podrían hospedarse y mucho menos tener la propiedad y la posesión del hospicio y sus bienes.[3]
Siglo XIX y XX
Después del movimiento de Independencia, a los religiosos les fue retirada la propiedad, por lo que se cree que fue ocupada como vecindad desde entonces. Más tarde, en 1843, el edificio fue adquirido por Francisco Yturbe, quien lo mantuvo con sus usos comerciales y de habitación; fue la nieta de éste, María Teresa Yturbe de Villeneuve, quien en 1943 lo convirtió en hotel.
La parte que subsiste en pie, convertida en "Hotel Cortés", está situada en el ángulo noroeste de la Alameda "Central" de la ciudad de México. Es un hermoso edificio de dos plantas que corre el lienzo de su fachada hacia ella. En la parte baja una variedad de comercios rompe su armonía; en la planta alta, el garbo de las típicas ventanas del, barroco de la ciudad de México alza sus jambas hasta alcanzar la cornisa; ambos cuerpos dan al edificio una esbeltez que ahora sin perspicacia no se advierte, porque el entorno urbano está sumamente deteriorado. Pero unidas a él, la nobleza y la sencillez de la cantera clara, en contraste con el tezontle que cubre los paños de los muros, sólo son el marco de la suntuosidad y de la elegancia de la portada, que carga sus líneas y sus movimientos al centro del conjunto, en que se abre la puerta principal y sobre ella el corazón que simboliza a San Agustín y un nicho en que está la figura bondadosa en escultura de Santo Tomás de Villanueva que, por desgracia, hay que apuntar que se encuentra en estado grave de descomposición a causa, principalmente, del descuido y la contaminación ambiental. En el friso de la portada hay un medallón con esta inscripción: Sto. Tomás de Víllanueva Año de 1780. Una cruz remata el conjunto. Según se entra, aparece un gran patio rectangular a manera de claustro. U na vez repuesto el espectador de la impresión que produce la magnificencia del edificio, fácilmente advierte que algo le falta. Y la respuesta es sencilla. No está la iglesia, tampoco su torre. Existieron ambas, y aquélla estuvo ricamente alhajada, como todas las de su tiempo, pero los hombres y sus épocas y sus cosas dieron con ellas por tierra y desaparecieron sus ornamentos. El Hospicio de Santo Tomás de Villanueva no es actualmente un monumento destinado para los tan altos fines que se pretendieron en su fundación, sino que ahora es víctima del uso y usufructo de una cadena internacional de hoteles. [3]
Siglo XXI
El inmueble de 1,280 m2, localizado en la esquina de avenida Hidalgo y Paseo de la Reforma, al norte de la Alameda Central, fue recientemente adquirido por el empresario Antonio del Valle, quien lo reacondicionó para emplazar allí al Museo de Arte Kaluz, un restaurante, una cantina y una cava. Instalaciones cuya planeación y construcción estuvo precedida por exploraciones arqueológicas y supervisada en todas sus fases por especialistas del INAH.
Arquitectura[editar | editar código]
Su fachada responde a las características tradicionales de la arquitectura civil del Centro Histórico. Los gruesos muros de mampostería fueron realizados con piedra volcánica, los paños fueron recubiertos con piedra roja de tezontle y las columnas del patio y los marcos de puertas y ventanas se realizaron con cantera gris. La portada tiene en su planta alta un bello relieve barroco que enmarca un nicho con la escultura del santo patrono.
Su interior conserva las características que tuvo en el siglo XVIII, las habitaciones del hotel se ubican en ambas plantas. Puede considerarse como el más bello hotel del Centro Histórico ubicado en un edificio colonial. El arquitecto Miguel Adri fue el autor de la intervención de restauración llevada a cabo en 2009. Dentro de este tipo de edificios se considera como el mejor hotel del Centro Histórico. El gran patio se conserva con sus características originales. [1]
Niño de Santo Tomas de Villanueva
Y aunque los frailes no hicieron grandes cambios a la fachada del edificio, sí instalaron una placa donde aún se lee “Santo Tomás de Villanueva, 1780”. Arriba de ésta colocaron un nicho con una efigie de su santo patrono, a quien plasmaron dando limosna a un mendigo cojo y a una mujer que le presenta a un niño. En 1999, dicha escultura fue reemplazada por una réplica, estabilizada y expuesta en un descanso de las escaleras del entonces hotel.
El Museo de Arte Kaluz contempla exhibir este vestigio junto a otros materiales recuperados por el proyecto de salvamento.[2]
Anécdotas Geniales[editar | editar código]
Durante décadas, múltiples leyendas se han formado en torno al edificio conocido como Hotel Cortés, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Se dice, por ejemplo, que fue mandado construir por el propio conquistador español; que hasta hace pocos años era el hotel más antiguo de América; y que en ese lugar —que funcionó como vecindad desde la época de la Independencia hasta 1943— nació el actor Germán Valdés “Tin Tan”.[2]
Referencias[editar | editar código]
- ↑ 1,0 1,1 Tomado de: Javier Villalobos Jaramillo. Los 100 Sitios y Monumentos más importantes del Centro Histórico de la Ciudad de México. En coordinación con la Delegación Cuauhtémoc y el Gobierno de la Ciudad de México.
- ↑ 2,0 2,1 2,2 Tomado de: https://www.inah.gob.mx/boletines/7310-expertos-esclarecen-el-pasado-arqueologico-y-documental-del-hospicio-de-santo-tomas-de-villanueva
- ↑ 3,0 3,1 3,2 Tomado de: Martínez, Alfonso. Hospicios de Nueva España para misioneros del Oriente. Naturaleza y fines de los hospicios. Estudios 6 otoño 1986. Biblioteca Itam. https://biblioteca.itam.mx/estudios/006/000169687.pdf