Academia de San Carlos
Datos
La Academia de San Carlos esta ubicada en la Colonia Centro - Centro Histórico en la Alcaldía Cuauhtémoc en la Ciudad de México. El edificio histórico de La Academia de San Carlos fue levantado sobre el Antiguo Hospital del Amor de Dios y remodelado en su aspecto actual a mediados del siglo XIX. Hoy en día, pertenece a la Universidad Nacional Autónoma de México, y alberga a la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Artes y Diseño, UNAM.
Historia[editar | editar código]
Siglo XVI
Los venerables misioneros, que contribuyeron a la civilización de México, ya que no sólo defendían á los vencidos, sino que también les enseñaban todo lo que debían saber. Los misioneros fundaron los primeros talleres de pintura en la capital de Nueva España. En esos talleres, los indios perfeccionaron sus conocimientos, pues las bellas artes, aunque imperfectas, habían sido cultivadas antes de la Conquista.
Pedro de Gante fué el que éstableció, junto á la capilla de San José, del convento de San Franciseo, la primera escuela de bellas artes para la enseñanza de los indios. El taller del Padre Gante parece que existió hasta principios del siglo XVI, y en él aprendieron y enseñaron varios pintores indígenas, cuyos nombres se han consignado en un libro, y que por ser desconocidos, aqui se mencionan algunos: Pedro Chachalaea, Francisco Xinnamal, Pedro de San Nicolás, Martin Mixcohuatl, Pedro Cocol, y el más célebre de todos, Marcos Cipae, Ilamado por los españoles Marcos Aquino. Los gastos del taller eran por cuenta de la parcialidad de San Juan, según se desprende de una noticia que está en el códice de Juan Bautista y por la cual aparece que los colores eran comprados por los regidores de lo que entonces se llamaba República de los indios. Así es que los franciscanos daban la localidad, servían de mentores ó maestros; pero los gastos salían de la comunidad de los indios. Es de suponerse que para casos particulares se hayan hecho los gastos a expensas del cliente.
Siglo XVIII
Después de los talleres que abrieron los misioneros, no hay noticia alguna hasta mediados del siglo XVIII, de que se hubiesen fundado en Nueva España establecimientos para el estudio de las bellas artes. Los pintores, los escultores, los grabadores y los arquitectos, que por entonces figuraron, debieron sus conocimientos a esfuerzos puramente individuales.
Pasaron años, y nadie pensaba en establecer una institución digna de la colonia, hasta que varios sujetos entusiastas y amantes del arte pensaron reunirse y llenar este gran vacío. Fue así como se proyectó la Academia de la muy noble é inmemorial arte de la Pintura, cuyos estatutos estaban firmados por Miguel Cabrera, presidente; José Manuel Domínguez, primer director; Miguel Espinosa de los Monteros; Juan Patricio Morlete Ruiz, segundo director; Pedro Quintana, director: Francisco Antonio Vallejo, tercer director; José de Aleibar, director, y Lorenzo Barba Figueroa, secretario. Esta Academia se intentó fundar en 1753. Además de los directores referidos contaría con un maestro de matemáticas y un tesorero. Celebrarían concursos anuales de pintura, darían lecciones de dibujo, y se ejercitaría en el estudio del modelo vivo. En sus estatutos hubo, empero, una nota negra, inconveniente y absurda; se prohibía admitir discípulos de color.
Se ignora qué causas impedirían llevar á cabo la fundación de dicha Academia (pues de ella sólo quedan sus estatutos manuscritos), y si se menciona es por mera curiosidad histórica.
La historia de la que se fundó después con un carácter oficial, con mejores elementos, con más amplios horizontes, sin ridículas trabas para la enseñanza, sin exceptuar a los indígenas, y bajo la protección y munificencia del Rey Carlos III.
La idea nació de Don Fernando José Mangino, superintendente de la Real Casa de Moneda, quien en 29 de Agosto de 1781 presentó al Virrey D. Martín de Mayorga un proyecto para establecer una Academia de pintura, escultura y arquitectura. Pareció al Virrey la proposición no sólo buena, sino oportuna y conveniente, y la aprobó el 12 de Septiembre de 1781. A efecto de realizarla se reunió una Junta preparatoria, compuesta del mismo Mayorga, del citado Mangino y de D. Francisco Antonio Crespo, corregidor de la Ciudad de México; D. José Angel de Cuevas Aguirre, regidor decano del Ayuntamiento; D. Antonio Barroso Torrubia, prior del consulado; D. Antonio Basoco cónsul más antiguo; D. Juan Lucas de Lasaga, administrador general del Real Tribunal de Minería; D. Joaquín Velázquez de León, director del mismo Tribunal ; el marqués de Ciria, Mariscal de Castilla; el marqués de San Miguel de Aguayo; el Dr. D. José Ignacio Bartolache, que funcionó como secretario de la Junta, y D. Jerónimo Antonio Gil, grabador de la Casa de Moneda, que obtuvo el cargo de director general; personas todas notables por su posición social, y distinguidas en las ciencias 6 en las artes. La Junta celebró con regularidad sus sesiones, levantó las actas correspondientes, redactó diversos acuerdos, logró abrir las clases en la citada Casa de Moneda y en Noviembre de 1781, y con fecha 1de Agosto de 1782, el Virrey y la referida Junta dieron cuenta á la Corte, con lo acordado. El Rey D. Carlos III, después de algunos tramites é informes, expidió una cédula á 25 de Diciembre de 1783, en la que aprobaba la erección con el titulo de Academia de San Carlos de Nueva España; la dotó con 13,000 pesos anuales de los que 9,000 se tomaron de las cajas reales de México y los cuatro restantes de las temporalidades de los regulares extinguidos, en su defecto del "ramo de vacantes mayores ó menores de toda la Nueva España; declaró que acogía bajo su real protección á la Academia, nombrando viceprotectores á los virreyes, y lugarteniente, y sustituto perpetuo suyo en el régimen y dirección," á D. Fernando José Mangino, en demostración del aprecio que hacía de sus servicios, y por la confianza que tenía de su talento y amor al bien público. Le concedió estatutos por real cédula de 18 de Noviembre de 1784, le envió instrumentos, libros, modelos y dibujos propios para la enseñanza, y ya organizada la Academia en toda forma, se abrió de un modo solemne el 4 de Noviembre de 1785, cuatro años después de inauguradas sus primeras clases.
Desgraciadamente Carlos IlI no tuvo el mismo tino que hasta allí había demostrado, en el nombramiento de primer director, que fue D. Ginés Andrés de Aguirre, y de segundo, que recayó en D. Cosme de Acuña. El primero no pasó de mediano pintor, y Acuña regresó pronto á Espana. "No eran hombres como éstos-dice Couto- los que podian mantener en su esplendor, y mucho menos adelantar el arte que habían ejercitado en México, Echave, Arteaga, Rodríguez Juárez y Cabrera, y que aún tenía profesores como Alcibar.
Sin embargo, la Academia progresaba en otro sentido, y aumentó á tal grado el número de los alumnos, que se pensó construir un edificio propio y adecuado al objeto, y mientras esto se llevaba á efecto se arrendó el local que hoy ocupa, en la cantidad de 1,300 pesos anuales.
La Academia se instaló allí el mes de Septiembre de 1791, y en este año llegaron dos distinguidos profesores, D. Manuel Tolsa, de escultura, y D. Rafael Jimeno de pintura. El primero trajo consigo la famosa colección de yesos con que obsequió al Establecimiento Carlos III, la cual le había costado 10,000 pesos, y mereció más tarde los elogios del célebre barón de Humboldt.
Siglo XIX
Durante los once años de la guerra de independencia en México, los trastornos producidos por la revolución contribuyeron mucho al decaimiento de la Academia y á la diminución de los fondos, por lo que fué preciso cerrarla á fines del año de 1821. Con la conclusión del gobierno español en México, terminó, pues, el primer período de la historia de la Academia de San Carlos.[1]
En 1843, toma un nuevo giro la Academia en el México independiente con don Francisco de Echeverría, quien posteriormente, ocuparía la presidencia de la República. Con la creación de la “Lotería de la Academia” se produjeron recursos suficientes para su financiamiento, llegando así la influencia de la escuela clásica italiana a la academia.[2]
Siglo XX
Durante la Revolución, la Academia permaneció cerrada, posteriormente se reabrió como Escuela Nacional de Bellas Artes y en 1910 se incorporó a la Universidad Nacional Autónoma de México. Albergando a la división de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (hoy Facultad de Artes y Diseño, UNAM), el Museo de la Academia y salas para exposiciones temporales.
El 26 de mayo de 1910 la carrera de Arquitectura paso a formar parte de la Universidad Nacional Autónoma de México, y en 1954 esta carrera se traslado a la recién inaugurada Ciudad Universitaria, quedando únicamente la escuela de pintura, escultura y grabado. No fue hasta 1929 que la escuela de pintura, escultura y grabado se convirtió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y se traslado en 1979 a la Alcaldía Xochimilco, con ello, la Academia de San Carlos se convierte en la sede de su división de estudios de posgrado así como de educación continua.[3]
Siglo XXI
En 2001 un equipo especializado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, efectuó la caracterización de los materiales constitutivos del plafón y guardapolvo de la Galería Pelegrín Clavé y de la bóveda de la Galería Obregón, además de evaluar la reversibilidad de los velados colocados en los medallones de la Galería Clavé. El objetivo general de la restauración consistió en la recuperación integral de los espacios, tanto en su ámbito cultural como estético.
Para llevar a cabo exitosamente la restauración, se rescató y respetó la mayor cantidad de original. Los faltantes se reprodujeron empleando las técnicas iniciales y dejando un registro de la ubicación de las mismas. Se buscó ante todo la compatibilidad de los productos usados. De esta manera se rescató el esplendor de las galerías, sin eliminar la historia que ha transcurrido en ellas y que les otorga el valor de pieza clave en el desarrollo de la historia del arte mexicano.
En el año 2007 concluye la restauración de las Antiguas Galerías.[4]
Arquitectura[editar | editar código]
El edificio que ocupa actualmente la Academia de San Carlos se remonta al siglo XVI. Fue la sede del Real Hospital del Amor de Dios, fundado por Fray Juan de Zumárraga, primer obispo y arzobispo de México de 1528 a 1548. En el año de 1786 sus enfermos fueron trasladados al Hospital General de San Andrés por instancias del arzobispo Alonso Núñez de Haro. Ante la falta de fondos para construir un edificio ex profeso, se decidió instalar en este lugar la Academia de San Carlos en 1791.
En el año de 1852 Javier Cavallari, director de la escuela de arquitectura de la época, dirige el proyecto de restauración del edificio. El estilo rector de la restauración es renacentista italiano, se realiza el almohadillado del primer cuerpo de la fachada y se colocan 6 medallones con los rostros de Jerónimo Antonio Gil, Carlos III, José Bernardo Couto (benefactor de la Academia), Manuel Tolsá, Miguel Ángel y Rafael.
Para la protección del inmueble se terminó de construir en 1913 un domo de hierro y vidrio. Se trata de un prefabricado estilo art-nouveau de la empresa L. Lapeyrer de París y su instalación estuvo a cargo de los arquitectos Manuel y Carlos Ituarte, durante el periodo de director de Manuel Gorozpe, sucesor de Antonio Rivas Mercado.
En 1910, con motivo de las fiestas del Centenario de la Independencia, el gobierno de Italia regaló a México una reproducción en bronce del San Jorge de Donatello el cual fue colocado dentro de un nicho en el extremo izquierdo la fachada principal, actualmente el original se encuentra al interior de la Biblioteca y la fachada mantiene una copia.[5]
Colecciones[editar | editar código]
La Academia cuenta con dos colecciones importantes:
- Estampa
- Numismática.
Salas // Galerías[editar | editar código]
La Academia consta de once galerías, cuatro en la planta baja y siete situadas en el primer piso. Las dos galerías principales, ubicadas en el primer piso, son la Clavé y la Obregón.
Galería Pelegrín Clavé: esta galería, inaugurada en 1862, tiene un plafón decorado con veinticuatro retratos al óleo sobre yeso, enmarcados por octágonos cubiertos con hoja de oro. Los recuadros destinados a cada una de las efigies están realizados con elementos tales como molduras y franjas decoradas con motivos fitomorfos sobre superficies que imitan madera. Al norte figuran: Arquímedes, Euclides, Fidias, Vitrubio, Antemio, Erwin, Geber, Arnolfo di Cambio, Brunelleschi y Juan de Herrera. Al oriente, Leibniz y Humboldt. Al sur, Cimabue, Giotto, Antonello da Messina, Miguel Ángel, Rafael, Tiziano, Velázquez, Murillo, Overbeck y Paul Delaroche. Al poniente, Newton y Galileo. Ramón Sagredo, pintor mexicano, nacido en Real del Monte, Hidalgo en 1834, es a quien se debe la decoración de esta galería. Sagredo se inspiró en el famoso y enorme Hemicycle, de Paul Delaroche para la École Royale des Beaux-Arts en París Francia.
Galería Obregón o Centenario: la Galería Obregón o Centenario, se inaugura en 1881 como parte de los festejos de los primeros 100 años de la Academia de San Carlos. Incluye doce medallones trabajados en óleo sobre tela, los cuales representan cuatro alegorías de las bellas artes (pintura, escultura, arquitectura y grabado) y ocho retratos de los principales protectores de la Academia: Fernando Mangino, Carlos III, Carlos IV, Jerónimo Antonio Gil, Francisco Manuel Sánchez Tagle, el virrey Martín de Mayorga, el obispo Joaquín Antonio Pérez y don Javier Echeverría. Los trabajos de esta galería fueron encargados a José María Obregón entre 1875 y 1881.[4]
Obras destacadas[editar | editar código]
Los seis medallones ubicados en la fachada de la Academia, que representan a:
Carlos III
Carlos IV
Jerónimo Antonio Gil
José Mangino
Miguel Ángel // pintor y escultor
Rafael // pintor
Y la escultura que fue colocada en la fachada en 1910, una copia de un San Jorge de Donatello, donada por la colonia italiana.
Exposiciones temporales[editar | editar código]
- 33 años de producción. Retrospectiva del Taller Carlos Olachea // Galerías de la Antigua Academia de San Carlos // 17 de agosto al 12 de octubre 2017.
- Escultura Clásica, Colección Permanente de escultura // Galería Pelegrín Clavé y galería Centenario // 10 de agosto de 2017.
- Carlos III Y la difusión de la antigüedad // Galerías de la Antigua Academia de San Carlos // 14 de diciembre del 2016 - 31 de marzo del 2017.
- Ornamentación: poética del poder, 235 aniversario de la Antigua Academia de San Carlos // Galerías de la Antigua Academia de San Carlos // 4 de noviembre del 2016 - 31 de marzo del 2017.
- Retrato de San Carlos // Galerías de la Antigua Academia de San Carlos // agosto 2016 - octubre 2016.
- Charles B. Waite - Primeras impresiones // Galerías de la Antigua Academia de San Carlos // agosto 2016 - octubre 2016.
- La belleza en el conflicto - Los Valtierra en el fotoperiodismo // Galerías de la Antigua Academia de San Carlos // 11 de agosto - 12 de septiembre, 2016.
- 56-92 Encuentro de una generación artística // Galerías de la Antigua Academia de San Carlos // abril 2016 - junio 2016.
- El Grabador Mayor. Legado de Jerónimo Antonio Gil // Galerías de la Antigua Academia de San Carlos // noviembre 2015 - marzo 2016.
- La medida de todas las cosas: Dibujo de la figura humana en la Academia de San Carlos // Galerías de la Antigua Academia de San Carlos // septiembre 2015 - octubre 2015.
- Tiempos de Creación // Galerías de la Antigua Academia de San Carlos // noviembre 2014 - febrero 2015.
- Piedra florida. Estampas de Coatlicue // Galería Pelegrín Clavé // marzo 2014 - mayo 2014.
- Visiones de Coatlicue. Demián Flores // Galería Pelegrín Clavé // marzo 2014 - junio 2014.
- Recreación de la belleza. Recreación de la armonía. II. Itinerante // Sala de usos múltiples // marzo 2014 - mayo 2014.
- Recreación de la belleza. Recreación de la armonía // Sala de usos múltiples // marzo 2014 - mayo 2014.
- Pasajes históricos de la Academia de San Carlos - Velasco y la estética digital // Galería Sala Verde // noviembre 2013 - mayo 2014.
- Una mirada al mundo íntimo de Pelegrín Clavé. Dibujos, academias y proyectos // Galería Pelegrín Clavé // septiembre 2012 - mayo 2013.
- Diego Rivera. Academia y vanguardia. // Sala de usos múltiples // septiembre 2012 - mayo 2013.
- Pasajes históricos de la Academia de San Carlos. Discípulos de Pelegrín Clavé // Galería Sala Verde // septiembre 2012 - mayo 2013.
- Project roOhm // Sala Azul // septiembre 2012 - mayo 2013.
- Acuarelas de Félix Parra. Destellos cromáticos // Galería Pelegrín Clavé // agosto 2011 - mayo 2012.
- Sebastián de Morra. Francisco de Goya // Sala de usos múltiples // agosto 2011 - mayo 2012.
- Galería para la enseñanza y exhibición del arte pictórico de la Academia // Galería Sala Verde // noviembre 2011- mayo 2012.
- Alrededor de algo que nos piensa: alrededor. El paisaje como fenómeno estético // Galería Sala Rosa // agosto 2011 - mayo 2012.
- Lienzos digitales // Sala Azul // agosto 2011 - mayo 2012.
- Hitos de una ciudad. Acervo vivo // Galería Pelegrín Clavé // noviembre 2010 - mayo 2011.
- Galería para la enseñanza y exhibición del arte pictórico de la Academia // Galería Sala Verde // noviembre 2010 - mayo 2012.
- Muestra de grabado Europeo - Acervos de la Academia de San Carlos // Galería Sala Rosa // noviembre 2010 - mayo 2011.
- Arte en software - Golan Levin y Casey Reas // Galería Sala Azul // noviembre 2010 - mayo 2011.
- Apertura después de la restauración de las Galerías de la AntiguaAcademia de San Carlos // 3 de noviembre del 2010.[6]
Reconocimientos[editar | editar código]
Es la primera Academia construida en el continente americano en el año 1781, bajo el nombre de la Real Academia de San Carlos de las Nobles Artes de la Nueva España, donde se impartían los estudios en pintura, escultura, grabado y arquitectura.
Información estadística y curiosidades[editar | editar código]
Cada año, el rey Carlos III otorgaba un donativo generoso, así como el patrocinio de profesores doctos en la materia y material artístico. Entre esos amables regalos que recibía el instituto, se encontraron unas 200 piezas, replicas de esculturas griegas y romanas.
Hubo una vez en que el rey encargó al entonces celebre escultor Manuel Tolsá que hiciera un viaje por Europa para observar las piezas escultórica clásicas más relevantes para hacer réplicas y ponerlas en el nuevo instituto. El fin no solo era estético sino que estas piezas servirían a los estudiantes como modelo en clase.
Finalmente cuando se crearon en yeso, fueron envueltas en papel y empacadas cuidadosamente en cajas para transportarlas a la Nueva España. Pero no hubo navío que aceptara el reto de transportar tantas toneladas. Manuel Tolsá hizo de todo para hacer llegar las piezas a México y cuando finalmente logró transportarlas hasta Cuba, tuvo que esperar seis meses para confabular el viaje hasta Veracruz, donde serían llevadas hasta la Ciudad de México.
Lamentablemente en este trayecto las piezas se rompieron y el escultor pasó dos años de su vida intentando arreglarlas. Muchas de ellas hoy se encuentran en el patio del edificio.[7]
Mitos, Leyendas y Relatos[editar | editar código]
Personajes Célebres[editar | editar código]
Personajes Inolvidables[editar | editar código]
Bibliografía[editar | editar código]
Referencias[editar | editar código]
- ↑ Consultado en: http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080018115/1080018115_63.pdf , 28/05/20.
- ↑ Consultado en: https://arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/nuestra_historia_guia.pdf , 28/05/20.
- ↑ Consultado en: http://fad.unam.mx/historia.php , 28/05/20.
- ↑ 4,0 4,1 Consultado en: http://academiasancarlos.unam.mx/galerias/historia-galerias.php , 28/05/20.
- ↑ Consultado en: http://academiasancarlos.unam.mx/galerias/historia-academia.php , 28/05/20.
- ↑ Consultado en: http://academiasancarlos.unam.mx/galerias/exposiciones/anteriores.php , 28/05/20.
- ↑ Consultado en: https://mxcity.mx/2018/09/secretos-la-academia-san-carlos-la-primera-escuela-arte-america/ , 28/05/20.