Museo Ex Teresa Arte Actual

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Datos

Época
Siglo XX / 1993

Museo Ex Teresa Arte Actual

Museo Ex Teresa Arte Actual

Sección
Alcaldía
Dirección
Licenciado Primo Verdad 8 Centro CP 06060 Cuauhtémoc, Cuauhtémoc, Ciudad de México
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Coordenadas
19° 26' 2.76" N, 99° 7' 50.23" W

El Museo Ex Teresa Arte Actual esta ubicado en la Colonia Centro - Centro Histórico de la Alcaldía Cuauhtémoc en la Ciudad de México. Ex Teresa es un espacio para enlazar propuestas de artistas con el público y se abre también un foro donde creadores encuentran un espacio para el fortalecimiento de un diálogo y para el intercambio de ideas, de propuesta y de manifestaciones que dejan ver la condición del arte contemporáneo.

Historia[editar | editar código]

Fecha de fundación: 23 de marzo de 1993.

Siglo XVII

Conocido como convento de San José o Ex Templo de Santa Teresa la Antigua para la mayoría de las personas, este recinto fue llamado en su época convento de San José de Carmelitas Descalzas. La fundación de este lugar se debió en su mayoría al fervor religioso de dos monjas de Jesús María: Inés de la Cruz y Mariana de la Encarnación. Ambas monjas fueron muy entregadas a la oración mental y a la penitencia. También, las dos anhelaban reglas religiosas mucho más severas que aquellas establecidas por las monjas concepcionistas. Además de esto, ambas religiosas buscaban un lugar aparte de los conventos grandes, poblados de muchas monjas servidas de criadas; un lugar donde imperara la quietud y el silencio de la recolección.

Teniendo esto en mente, Inés de la Cruz y Mariana de la Encarnación se dieron a la lectura de las obras de Santa Teresa y se encendió en ellas el deseo de fundar un convento de carmelitas descalzas, donde pudiesen dar desahogo a sus inclinaciones. Sin embargo, la falta de medios para conseguirlo las detenía totalmente.

Un hombre adinerado que vivía en la Ciudad de México llamado Luis de Ribera, quien deseaba fundar en México un convento de monjas carmelitas.

Por medio de Fray Pedro de San Hilarión, las monjas solicitaron la amistad de Luis de Ribera. Al fin, Luis de Ribera pudo entrevistarse con las religiosas y éstas aprovecharon la ocasión para pedirle que las ayudara y exigirle que jurara una promesa, y él la concedió. La promesa era la de tenerlas como sus fundadoras, pero recelando al mismo tiempo que por su edad avanzada y poca salud no pudiera ser capaz de cumplirles su deseo. A pesar de las súplicas y de la insistencia de las religiosas, la promesa que algún día hiciera Luis de Ribera no se vio consumada.

Doña María de Riedrer, esposa de un arzobispo de este entonces tenía particular afecto por las monjas carmelitas pues vivió con ellas tres meses en España, así que cuando supo que no las había en México, se extrañó y procuró que se llevase acabo la proyectada y postergada fundación.

Las monjas carmelitas descalzas del convento de Puebla, fundado pocos años antes, juzgaron inconveniente que no fuesen ellas las que fundaran este nuevo convento de su orden. A pesar de esta nueva amenaza, Inés de la Cruz y Mariana de la Encarnación se limitaron a no reconocer la queja de las otras. Tal actitud inquietó a las de Puebla y para cuando el convento concluyó sus obras, insistieron en que se les entregase, exponiendo su solicitud en una carta de más de veinte hojas.

La obra finalmente pudo comenzar y no escaseaban las limosnas y se proseguía con empeño. El Virrey se rehusaba a consentir la fundación del convento y exigía para ello una gran cantidad de dinero. Las monjas no se desalentaron por tal exigencia y trataron de conseguir el dinero con el hermano de una de ellas. La encuesta fue dura, pues no lograron reunir la cantidad requerida, pero en lugar de aquello lograron una limosna bastante generosa y regalos para la iglesia.

De 1678 a 1684 cobró la fisonomía barroca que conserva hasta nuestros días, y en el que prevalece un diseño austero acorde con la filosofía de la orden de religiosas de las Carmelitas Descalzas que lo habitaron.

Siglo XVIII

La obra continuó con rapidez, y al cabo de ocho meses se pensó en recibir a las monjas en el claustro, aunque con bastante incomodidad, pues aunque había algunas celdas, no eran habitables. Aun así, las dos fundadoras, con sus novicias, durmieron algunos meses junto al coro bajo. El templo y el monasterio, fueron construidos gradualmente desde los primeros años del siglo XVII y se señaló el día primero de Marzo de 1616 para abrir las puertas del convento de Santa Teresa. Sin embargo, dada la rapidez de las obras y las ansias por habitarlo el lugar no ofrecía comodidad a las monjas, ni prometía larga duración. Fue solamente hasta mediados del siglo XVII que el capitán D. Esteban de Molina puso manos a la obra, y básicamente el medio monetario, para reedificar la habitación de las religiosas teresas, y para construir un nuevo templo que, concluido, se dedicó el día 11 de septiembre del año 1784 a su reinauguración.

Siglo XIX

Debido de la aplicación de las Leyes de Reforma en todo el país, el Convento fue cerrado para utilizar sus espacios en el nuevo proyecto de Nación y dar así cabida a la primera Escuela Normal, la Escuela de Odontología y la de Iniciación Universitaria. La exclaustración de las monjas en 1861, debido, a la intervención francesa y el decreto del 26 de febrero de 1863, demostró que había veintidós mujeres en el convento de Santa Teresa la Antigua. Tenía veintiséis fincas cuyo valor ascendía a doscientos veintiún mil pesos que redituaban anualmente a catorce mil y los capitales activos les producían otros mil cuatrocientos.

Siglo XX

La iglesia quedo clausurada al culto en 1930 y, desde entonces, varios han sido los usos y remodelaciones que ha sufrido el inmueble. Entre sus funciones ha estado la de cuartel militar, Escuela Normal de maestros, Facultad de Odontología y Rectoría de la UNAM y la Universidad de Vasconcelos. Fue utilizado para talleres, bodegas, sala de conciertos. También fue destinado para talleres de imprenta del Diario Oficial, órgano del Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y para el Archivo de la Secretaría de Hacienda. En 1978, Santa Teresa la Antigua es restaurada por la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas (SAHOP), ya que se encontraba en condiciones lamentables.

A partir de 1993, alberga el proyecto de cultura del Instituto Nacional de Bellas Artes denominado Ex Teresa Arte Actual. Para este fin, el extemplo ha sido objeto de una amplia readecuación a cargo del arquitecto Luis Vicente Flores, que combina la soberbia arquitectura colonial con la contemporánea, creando un contraste que reafirma la belleza de ambas y otorga al espacio una nueva funcionalidad. Además se considera como un edificio reversible, es decir, en algún momento se podría quitar. Es una estructura que no le causa peso al edificio antiguo, no está recargada sobre el inmueble original sino que tiene su propia estructura.

Ex Teresa Arte Actual

Siglo XXI

Como espacio para el arte contemporáneo, Ex Teresa Arte Actual tiene entre sus objetivos principales el ser un espacio para el fortalecimiento de dichas prácticas, y la búsqueda permanente de un debate que construya la plataforma conceptual donde el público pueda acceder a los nuevos lenguajes visuales y a reconocer los principales elementos que lo definen. Del mismo modo, es un espacio donde el análisis y el trabajo colectivo entre creadores permite acercar posiciones e ideas que generalmente se encuentran aisladas o en un diálogo a distancia. A través de diferentes actividades y espacios, Ex Teresa Arte Actual ofrece a lo largo del año exposiciones individuales y colectivas cuyo objetivo principal es el de mostrar las diversas manifestaciones del arte contemporáneo: arte, música, diseño, moda, arquitectura, ya sea en sus instalaciones o vinculando proyectos que se realizan extramuros.[1]

Arquitectura[editar | editar código]

El predominio de la línea horizontal sostenidas sin interrupción, hacen fría y académica esta construcción. Se puede observar un orden dórico, con un friso decorado con triglifos y metopas, ornamentadas a su vez con rosetones de un carácter sui generis, la cual fuera dada por el arquitecto Antonio Velázquez de González. Sin embargo, don Manuel Tolsá se llevó el crédito de esta construcción por ser considerado como uno de los arquitectos de la época más carismáticos y populares. Don Rafael Jimeno, director de la Academia de San Carlos, fue el encargado de la creación de los adornos interiores, en escultura y pintura. Esta capilla es única en su estilo pues la primera capilla que tiene mucho más importancia que la nave principal.

A causa del terremoto del 7 de abril de 1845, la cúpula y gran parte del ábside se derrumbaron, perdiéndose por ello algunas magnificas pinturas de Jimeno. Bajo la dirección del eminente arquitecto don Lorenzo de la Hidalga, la cúpula fue reparada y redecorada en el interior por el renombrado pintor Juan Cordero. La obra duró 15 años, iniciando en febrero de 1798 y concluyendo en mayo de 1813 (sus remodelaciones).

Colecciones[editar | editar código]

Salas[editar | editar código]

Obras destacadas[editar | editar código]

Exposiciones temporales[editar | editar código]

Algunas de las exposiciones temporales:

  • El Fuego y el Borrego, Exposición Colectiva, Noviembre-Febrero 2015.
  • Corpus Delicti, Exposición Colectiva, Septiembre-Noviembre 2014
  • Manifiesto, Ernesto Bautista, Julio-Septiembre 2014
  • Temacapulín, Diego Martínez, Enero de 2013.
  • Mirame a los ojos, Lorena Wolffer, Abril-Junio de 2011.[2]

Reconocimientos[editar | editar código]

Información estadística y curiosidades[editar | editar código]

Mitos, Leyendas y Relatos[editar | editar código]

Personajes Célebres[editar | editar código]

Personajes Inolvidables[editar | editar código]

Bibliografía[editar | editar código]

Referencias[editar | editar código]

  1. Consultado en: http://exteresaarteactual.blogspot.com/p/edificio.html , 25/05/20.
  2. Consultado en: http://exteresaarteactual.blogspot.com/p/exposicion-actual.html , 25/05/20.