Monumento a la Fundación de México Tenochtitlan
Monumento a la Fundación de México Tenochtitlan fue erigido en las inmediaciones de la plancha del Zócalo capitalino, forma parte de los 49 Monumentos más emblemáticos de la Ciudad de México, en la Alcaldía Cuauhtémoc, dentro el cuadrante del Centro Histórico, y representa la leyenda narrada de la fundación México-Tenochtitlan. Recreando este relato, cual da inicio a la gran nación y donde hoy se funda una de las ciudades más grandes que es la Ciudad de México.
Datos
Historia[editar | editar código]
Es una obra del escultor Carlos Marquina, la cual está montada sobre un mosaico que muestra un pasaje del Códice Mendocino.
El conjunto escultórico incluye tres hombres aztecas y una mujer con su pequeño hijo, observando la señal que Huitzilopochtli les habría prometido, un águila devorando una serpiente sobre un nopal.
Fue inaugurada el 13 de septiembre de 1970, por el entonces presidente de la Republica, Gustavo Díaz Ordaz.[1]
Historia sobre la imagen recreada[editar | editar código]
Según la mitología mexica, Huitzilopochtli les ordenó que sólo fundarían su reino donde estuviera "un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente". Siguiendo este designio, los mexicas deambularon por varios lugares, siempre en busca del portento que indicara cuál era la tierra prometida por su dios.
De acuerdo con la Tira de la Peregrinación, la gente de Cuitláhuac se separó del resto de los calpullis cuando aún estaban en migración. Más tarde, los mexicas llegaron a la región de Tollan-Xicocotitlan, donde Huitzilopochtli les ordenó que desviaran el cauce de un río para crear una laguna en torno de un cerro.
Llegaron entonces al valle de México y pasaron por varios pueblos, hasta que se asentaron en territorio de los tepanecas de Azcapotzalco, a quienes les sirvieron como guerreros mercenarios.
Finalmente, encontraron el sitio señalado por Huitzilopochtli en un islote del lago de Texcoco. En la Crónica Mexicáyotl, Tezozómoc dice que cuando hallaron el lugar, el sacerdote Cuauhtlaquezqui dijo las siguientes palabras:
Id y ved un nopal salvaje: y allí tranquila veréis un águila que está enhiesta. Allí come, allí se peina las plumas, y con eso quedará contento vuestro corazón: ¡allí está el corazón de Copil que tú fuiste a arrojar allá donde el agua hace giros y más giros! Pero allí donde vino a caer, y habéis visto entre los peñascos, en aquella cueva entre cañas y juncias, ¡del corazón de Cópil ha brotado ese nopal salvaje! ¡Y allí estaremos y allí reinaremos: allí esperaremos y daremos encuentro a toda clase de gentes!
Nuestro pecho, nuestra cabeza, nuestras flechas, nuestros escudos, allí les haremos ver: ¡a todos los que nos rodean allí los conquistaremos! ¡Aquí estará perdurable nuestra ciudad de Tenochtitlan! El sitio donde el águila grazna, en donde abre las alas; ¡el sitio donde ella come y en donde vuelan los peces, donde las serpientes van haciendo ruedos y silban! ¡Ese será México Tenochtitlan, y muchas cosas han de suceder!
Las fuentes señalan que este suceso ocurrió en el año dos-calli, 1325 del calendario occidental.[1]