Colonia Ciudad de los Deportes
La Colonia Ciudad de los Deportes es una colonia dentro de la Alcaldía Benito Juárez en la Ciudad de México y colinda con la Colonia Ampliación Nápoles, Colonia Santa María Nonoalco, Colonia Insurgentes San Borja, Colonia Noche Buena y con la Colonia San Juan. En esta Colonia se encuentra el famoso Estadio Azul y el recinto emblemático la Plaza México.
Historia[editar | editar código]
A principios de 1946 el futbol americano recibió la noticia de que podría ser el deporte que estrenara el novedoso y lujoso Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes, construido en una zona de barrancas, que después se conocería como la Colonia Nápoles.
Los constructores del inmueble deseaban que fuera el futbol soccer el deporte que utilizara prioritariamente el estadio, pero éstos no quisieron asegurando que el nuevo escenario estaba “muy lejos” por lo que su arquitecto Neguib Simón decidió apoyar a los equipos de futbol americano y para incentivarlos a jugar en Estadio de la Ciudad de los Deportes les otorgaba 5 mil pesos por cada juego.
Hasta entonces, los grandes juegos del deporte de las tackleadas se realizaba en el Estadio Nacional ubicado en la Colonia Roma. La inauguración del Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes se realizó el 4 de octubre de 1946 con un lleno total, que ni los organizadores esperaban.
El primer juego que se llevó a cabo en el coloso de Insurgentes fue un juego de exhibición entre los Aguiluchos del Colegio Militar y los Pumas UNAM con triunfo para estos últimos con marcador de 45-0. El primer Clásico entre Politécnico y Universidad en el Olímpico de la Ciudad de los Deportes se realizó ese mismo año, el 14 de diciembre, con triunfo para los auriazules con marcador de 29-13 de nuevo ante un abarrotado inmueble.[1]
La edificación de esta plaza de toros sobrepasaba lo imaginable, sobre todo al haber surgido mitad en el aire y mitad de unas profundas excavaciones, veinte metros bajo el nivel del suelo. En 1939, el Lic. Neguib Simón Jalife tuvo en mente la idea de crear la “Ciudad de los Deportes” desarrollo que contaría con albercas, frontones, arenas de boxeo y lucha, cines, restaurantes, boliches, etc...
Poco a poco, D. Neguib adquirió una gran porción del terreno pertenecientes al antiguo rancho San Carlos, cercanos a la antigua hacienda de San José, la cual llegaba hasta la ahora colonia San José Insurgentes, por lo que fue el cine Manacar, y posteriormente, hasta 1939, a la fábrica de ladrillos “La Guadalupana”, en las ahora colonias Noche Buena y Ciudad de los Deportes, vecinas de la Nápoles, Mixcoac, San Pedro de los Pinos y Del Valle.
Gran parte del suelo adquirido sería fraccionado para construir casas y edificios, mientras la parte de las ladrilleras, con sus grandes hoyos, sería para formar la “Ciudad de los Deportes”, la cual tendría como límites: Holbein al sur, la actual avenida Patriotismo al poniente, San Antonio al norte e Insurgentes y Pennsylvania al oriente. Además, en los planos iniciales estaban previstos varios estacionamientos para que las personas pudieran llegar sin problema alguno en automóvil. Pero con el paso del tiempo, todos desaparecieron y las dos monumentales construcciones de hormigón (la Plaza México y el Estadio Olímpico) se vieron asfixiadas por los edificios y las casas habitación surgidas alrededor de ellas.
El domingo 12 de Octubre de 1941, el semanario taurino “El Redondel” publicó una entrevista con D. Emilio Azcárraga Vidaurreta, quien tanto éxito tenía con su radiodifusora “X.E.W.”, en la que decía se había puesto en contacto con D. Neguib Simón para buscar un lugar para construir un parque de Beisbol y éste le había mostrado los terrenos que poseía por la avenida de los Insurgentes, más allá del puente de la colonia del Valle, conocido como “Puente Escandón”, y en los cuales pensaba construir, entre otras muchas cosas, una nueva plaza de toros monumental que vendría a sustituir la vieja de “El Toreo” de la Condesa, estrenada en 1907 y nunca terminada.
El domingo 4 de Enero de 1942 se hiso pública la convocatoria en la que se invita a los arquitectos a que envíen proyectos para una nueva plaza de toros, en Insurgentes. -Dicha plaza será grandiosa, con cupo para más de 35,000 espectadores, y dotada con todo el confort y todas las comodidades posibles. Queremos que sea la mejor del mundo. Además, construiremos en “La Ciudad de los Deportes, S.A.”, un gran campo de futbol, capaz de contener cincuenta mil personas y, quizá, otro de Beisbol- se informó.
En el mes de Mayo de 1942, las fotografías de los cinco anteproyectos triunfadores fueron publicadas en el semanario taurino “Arena”, dirigido por el Dr. Alfonso Gaona, y en “El Redondel” del domingo 31 de Mayo de 1942, se indicaba, los premios serían entregados a la brevedad posible y firmaban el acta: Emilio Azcárraga, Amado Simón y Anacarsis H. Peralta.
El 28 de Abril de 1944 el Lic. Javier Rojo Gómez, Regente de la Ciudad de México en aquella época, colocó la primera piedra de la “Ciudad de los Deportes”, según un proyecto del Ing. Modesto C. Rolland que debía contar con un frontón para Jai-alai con cupo para siete mil espectadores; una arena para boxeo y lucha libre para catorce mil; un campo de futbol para sesenta mil; una plaza de toros para cuarenta y cinco mil, así como frontones al aire libre, cuarenta mesas de tenis, una alberca olímpica y otra de gran tamaño con playa artificial y oleaje provocado por un complicado mecanismo; restaurantes, cines y amplios lugares para estacionar más de dos mil automóviles.
Don Neguib Simón Empezó por hacer la plaza y el estadio y ya no llevó a la realización el resto del proyecto porque desgraciadamente perdió toda su fortuna en la inversión de los primeros inmuebles. No tenia socios, fue un hombre emprendedor y valiente que se lanzó solo a su aventura y tuvo que vender incluso su fábrica de focos "Solar" y la de navajas "Ala", entre otros negocios. Era un prospero industrial que quedó en la ruina por la realización de un sueño.
La plaza es una colosal obra monolítica de concreto premezclado. Las estatuas que adornan y rodean a la misma, son diseño del valenciano Alfredo Just. Abrir la plaza "México" no fue tarea sencilla, después de hacer una prueba de resistencia con sacos de arena en Enero de 1946, la monumental plaza pudo al fin estrenarse, como es bien sabido, el martes 5 de Febrero de 1946 con Luis Castro "El Soldado", Manuel Rodríguez "Manolete" y Luis Procuna en el cartel. Los toros fueron de San Mateo.
Después de dar 40 novilladas en 1946 con fuertes pérdidas D. Neguib Simón, así como sus hermanos, estuvieron tan agobiados con las deudas existentes que tuvieron que vender en Noviembre de ese mismo año, 1946, toda la “Ciudad de los Deportes, S.A.”, con la Monumental Plaza México incluida, al capitalista español D. Moisés Cosío, quien la conservó hasta su muerte en septiembre de 1983, Pasó entonces, a ser propiedad de sus dos hijos: D. Moisés y D. Antonio Cosío Ariño; pero al morir el primero en 1997, la Monumental Plaza México es desde entonces, hasta la fecha (2007), del segundo de ellos.
Aunque en México existen plazas más longevas que la “Monumental Plaza México”, ninguna de ellas reúne su historia, sus nombres y sus triunfos. Además que la “México” es la más grande y cómoda del mundo.[2]