Categoría:Colonia Pueblo Los Reyes Culhuacán
La Colonia Pueblo Los Reyes Culhuacán es uno de los once barrios de Culhuacán y se ubica al poniente de la Alcaldía Iztapalapa. Este Barrio formó parte, durante la época colonial, de la Hacienda de la Estrella. Los Reyes fue el primer barrio que contó con una capilla, la cual funciono durante varios años como el único sitio sagrado de los demás barrios de Culhuacán. De ahí que conserve el nombre de Culhuacán después del sus Santos Patrones "Los Reyes". Este barrio se distingue de los demás culhuacanes por ser el mas antiguo. Cada año en este barrio se festeja el carnaval, durante la Semana Santa, que consiste en una fiesta de inversión del orden social que precede a las austeridades de la Cuaresma. Es un tiempo en que los roles sociales y sexuales son intercambiados. Así, los pobres se disfrazan de ricos para ridiculizarlos; los hombres se visten de mujeres, y con menor frecuencia, las mujeres de hombres; y los seculares se visten de religiosos.[1]
Historia
Colonial
Siglo XVI
Mientras que para la ciudad mexica el albarradón de Mexicaltzingo garantizaba un muro de contención que administrara las aguas de los lagos del sur, para los pueblos de Mexicaltzingo, Churubusco y Culhuacán significó contar con un lago artificial de agua menos salobre entre ambos albarradones. El lago de Mexicaltzingo, como se le conoció a este lago artificial durante la época colonial, debió resultar favorable en ciertas zonas para el cultivo en chinampa, permitiendo a los habitantes del pueblo de Culhuacán extender su zona chinampera hacia el noroeste, al otro lado del viejo albarradón de Culhuacán, aprovechando los afluentes del río Churubusco y manantiales locales. Para los pueblos de Mexicatzingo y Churubusco fundados al margen del inicio de las aguas saladas, el lago aumentó su acceso al agua potable.[2]
En las Cartas de Relación, Cortés anota “el mucho trato de sal” que existió en las ciudades de Mexicaltzingo, Churubusco y Coyoacán, fundadas totalmente dentro del agua en el caso de Mexicaltzingo, o asentadas parte en el agua y parte en tierra firme como Churubusco y Coyoacán. Estas ciudades trabajaban la tierra que bañaban las aguas del lago de México, cociéndola de cierta manera que obtenían panes de sal. En el caso de Iztapalapa, Cortés menciona el manejo del agua que se practicó en el lugar al referir la existencia de “albercas de agua dulce muy bien labradas” sobre las cuales sus habitantes levantaron jardines y huertas. En Culhuacán el trabajo con sal existió al norte, a la altura del barrio de los Reyes, pueblo de Culhuacán más cercano a la laguna de México, mientras que la zona chinampera existió al sur, a los costados del Huey Apantli, ahora Canal Nacional, sobre todo cuando el nivel de agua comenzó a descender durante la época colonial.[2]
El Huey Apantli, que significa “el gran canal”, fue una de las principales acequias que existió en el Valle de México, iniciando su recorrido en Chalco hasta adentro de la ciudad de Tenochtitlán. A través del Huey Apantli desaguaban los lagos del sur, tres metros más arriba que la laguna de México, la profundidad del canal permitió que fuera una acequia intensamente usada para la navegación desde la época prehispánica hasta finales del siglo XIX, ya que permitió subsanar los problemas de navegación en el entorno lacustre, sobre todo cuando los niveles de los lagos bajaban a tal grado que se entorpecía la navegación.[2]
A finales del siglo XVI, El pueblo de Culhuacán contaba con “muchas fuentes y manantiales de agua, ansí en tierra como en la laguna.” La mayor parte de barrios en Culhuacán se encontraban dentro del vaso de agua de la laguna sobre montículos de tierra, algunos formados de manera natural, otros hechos de manera artificial. Sin embargo, el nivel del agua no era constante, presentando “tierra abundosa de maíz y de pastos cuando hay pocas aguas”, pero en otras ocasiones en el pueblo “se suelen anegar, como de presente están anegadas, muchas tierras de los dichos naturales en que siembran.” En el testamento de Melchor de Santiago Ecatl del barrio de Santa María Magadalena Atotolco alude a la crecida del agua en Culhuacan, pues menciona que posee 5 chinampas en el barrio de los Reyes Coatlan y otras siete “junto al campo de Lázaro Tecuetz. Y declaró que cuando el agua se haya ido de las chinampas, de aquellas en ambos lugares que he mencionado deben ser vendidas para que sean dichas misas por nosotros, por mi difunta esposa y por mi, con lo que haya de ganancia de dinero.”[2]
Los barrios de Culhuacán pueden dividirse en dos, los asentados en tierra firme, en las laderas del cerro de la Estrella y los asentados sobre el lago. En la pintura del pueblo de 1580, los barrios fundados en tierra firme se encuentran, entre el cerro de la Estrella y la acequia principal (ahora Canal Nacional), mientras los asentados en el vaso de agua se encuentran dispersos al poniente de la gran acequia, dibujadas sus iglesias en toda la parte central e inferior del mapa.[2]
Los barrios ubicados en tierra firme, en las laderas del cerro de la Estrella, son barrios que lograron persistir y cuya ubicación señalada en el mapa de 1580, encuentran una correspondencia evidente con su localización actual. Siendo este el caso de los barrios de Los Reyes, San Juan Evangelista, San Simón, San Andrés y Santa María Tomatlán, incluyendo el pueblo sujeto de San Lorenzo. El único caso de excepción, para los barrios asentados en tierra firme, es el pueblo sujeto de Santiago Tetla, dibujado al otro lado del cerro, en dirección al noreste y que en opinión de Peter Gerhard se trata del pueblo de Santiago Acahualtepec, “lugar de tierras seca o baldía”, pueblo cercano a Santa Martha Acatitla. En contra parte, los barrios representados en la parte poniente del pueblo, sobre el vaso de agua desaparecieron o fueron reubicadas. Las razones apuntan hacia la baja poblacional que vivió Culhuacán a finales del sigo XVI, con motivo de las epidemias y las obras para disecar el lago que iniciaron las haciendas y ranchos españoles a partir del siglo XVII y que afectaron la disposición del entorno, originando el desplazamiento de los habitantes.[2]
Siglo XVII
La hacienda de la Estrella estuvo entre las propiedades del Mariscal de Castilla hasta 1670, cuando a la descendencia del mariscal le fue requisada la hacienda junto con otras propiedades por falta de pago en deudas adquiridas. El remate de la hacienda y una casa cercana al convento de Churubusco, fue aprovechado por Baltazar de la Sierra, dueño de obrajes dedicados a manufacturar paños y telas ubicados en la ciudad, en San Agustín de las Cuevas y el pueblo de San Jacinto Aculco, hoy conocido como San Ángel.[3]
Al adquirir la hacienda de la Estrella, Baltazar de la Sierra asumió los réditos que gravaban a la finca, “los censos favorecían al Convento de San Agustín de Culhuacán con 900 pesos oro y el otro a la capellanía de Fulano Tabares difunto con 1400 pesos de principal.” Mientras la casa en Churubusco, de la Sierra la utilizó como almacén y “una área para lavado de la lana y el entintado,” a la hacienda de la Estrella la destinó para sembrar maíz para consumo de los trabajadores de sus obrajes. En Tizapan, cerca del pueblo San Ángel, de la Sierra, contó con un obraje, conocido como el batancito y otro, en la ciudad , enfrente de la Alameda, conocido como San Diego, en los que trabajaron esclavos: “niños, mujeres y ancianos que ante la perdida de sus facultades se les iba relegando y casi siempre tenían un triste final” ocupándose “de labores específicas como imprimidor, perchero, tejedor, fundidor, albañil y emborrador.”[2]
A la muerte de Baltzar de la Sierra en 1679, la hacienda fue adquirida por el español Joseph Castañeda en 1684, quien encomendó la administración de la finca a su mayordomo Francisco de la Torre. Para entonces la tierra al oriente del barrio de los Reyes, cerro arriba, ya era propiedad de la hacienda de la Estrella, según podemos ver en un mapa del lugar fechado el 29 de julio de 1702 (ver mapa 8 /p. 232). El mapa fue levantado por motivo de la disputa que tuvo lugar entre la hacienda de la Estrella y los indios de Culhuacán, en donde se representan los limites que las partes en conflicto consideran de su propiedad.[2]
En el mapa aparece representado el lado poniente del ahora conocido cerro de la Estrella, que es nombrado en el mapa como “cerro de Culguacan”. En las faldas del montículo, en dirección al sur se representa la iglesia del pueblo, techada a dos aguas y con una veleta de viento instalada en la torre del templo. Al costado derecho de la iglesia se encuentra dibujada de manera rústica el casco del la hacienda de la Estrella, propiedad de Castañeda, mientras que del lado izquierdo de la iglesia se encuentra “la casa de Sedillo”, que fue uno de los laboríos, además de la hacienda de la Estrella, que existieron alrededor de la cabecera del pueblo.[2]
En la parte baja del cerro se encuentra representada el barrio de los Reyes Culhuacán con un “mogote donde fue la hermita de los Reies y sus casillas”. La tierra en disputa entre los indios de Culhuacán y la hacienda de la Estrella corresponde al terreno conocido como “Nestitlan”, que ocupa gran parte del lado poniente del cerro, dibujado en forma rectangular y dividido en tres. La franja de en medio es ubicada como propiedad de la hacienda de la Estrella, entre tanto que las laterales continúan siendo de los indios de Culhuacán y en ellas “tienen sembrado los padres” del convento. En la franja central en disputa hoy se encuentra la Zona Urbana Ejidal de los Reyes Culhuacán. En ese terreno Castañeda aseguraba que su propiedad llegaba a colindar cerca del barrio de los Reyes, y por el contrario, los indios de Culhuacán afirmaban que su propiedad comenzaba cerro arriba, donde los indios instalaron un montón de piedras para señalar la contradicción. El límite se encuentra dibujado en el mapa casi a la mitad del terreno conocido como “Nestitlan.”[2]
Siglo XVIII
En el siglo XVIII el pueblo de Culhuacán se encontró por primera vez rodeado de haciendas que le pertenecían a un solo propietario. La hacienda de la Estrella le restaba tierras al pueblo en la parte oriente, en los barrios ubicados en las faldas del cerro de la Estrella como San Andrés y Santa María Tomatlán, San Simón, San Juan Evangelista y los Reyes. Mientras que la hacienda de Nuestra Señora de Dolores constituyó un caso especial porque gran parte de las tierras que comprendían la hacienda eran propiedad del pueblo y éstas eran arrendadas en censo perpetuo por 12 000 pesos. Los intereses anuales generados de dicha cantidad iban a parar a la caja de la comunidad, que fue una figura administrativa creada durante la época colonial para gestionar los ingresos de aquellos pueblos indígenas que recibían rentas por el uso de sus tierras. Cada caja de la comunidad era administrada por un funcionario nombrado por el virrey que estaba bajo la supervisión del Juzgado General de Naturales.[2]
El suelo que ocuparon originalmente los barrios de Culhuacán abarcaba desde la ladera poniente del cerro de la Estrella hasta unos metros del actual eje 1 oriente canal de Miramontes, que recibía anteriormente nombres como camino a Jersualem y camino a Mexicaltzingo. Entre esta vereda y el Camino Real, se formaba una franja que iniciaba en el casco de la hacienda de San Antonio Coapa y que se iba ensanchando hasta llegar a las tierras del pueblo de Churubusco, donde hoy se encuentra el Country Club. Dicha franja era dividida por el paso del río de los Reyes que hoy en día es la calzada de la Virgen. La parte sur de la franja pertenecía a la hacienda de San Antonio Coapa, mientras la parte norte, hasta llegar al pueblo de Churubusco, pertenecía a Fernando Retes Salazar que denominaba al laborío, que anteriormente había pertenecido a Bartolomé Vallejo, hacienda de Retes.[2]
Las tierras de la hacienda de la Estrella rodeaban tanto propiedades particulares como algunas del pueblo de Culhuacán. La parte más baja de estas tierras se encuentran ocupadas por el barrio de San Juan Evangelista, cabecera del pueblo de Culhuacán, el barrio de San Simón, y una salitrera al sur del barrio de los Reyes, que era parte de los recursos del pueblo que eran arrendados a particulares por la parcialidad de indios de San Juan Tenochtitlán, a la cual pertenecía Culhuacán junto con otros pueblos ubicados al sur de la ciudad.[2]
El 22 de julio de 1743 el alcalde mayor de la jurisdicción de Mexicaltzingo, don Gaspar Orozco, fechó las breves relaciones geográficas de los pueblos de Culhuacán, Istapalapa, Mexicaltzingo, San Mateo Choloposco, Santa Maria Astaguacán, Santa Martha, los Santos Reyes, Santiago Cagualtepec y San Lorenzo. Dando a conocer que la jurisdicción a su cargo estaba integrada por 9 pueblos con una población total de “892 familias de indios, 31 de españoles y 49 de mulatos y mestizos.” El alcalde refirió que el tamaño de la jurisdicción es “de norte a sur como tres leguas y media y de oriente a poniente cinco. En toda ella no se habla más que el idioma mexicano. Hay 4 curatos, 2 de religiosos y 2 de clérigos.”[2]
Ese mismo año, dos casos de despojo de tierras al pueblo de Culhuacán fueron incluidos en las anotaciones con las que el autor acompañan el mapa. El primero de ellos corresponde a un terreno amplio ubicado al norte, en la última parte de la cara poniente del cerro, y que por sus dimensiones es el segundo terreno más grande del plano, después de los de la hacienda de la Estrella, donde el escribano anota en la parte central izquierda del mapa que “ De este pedazo de tierra parese según los instrumentos, que pasan en poder de los indios del varrio de los Reyes hayarse despojados estos por Don Francisco Thenorio, y por los herederos de este.” En estos terrenos que se adjudicó Thenorio, hoy se encuentra la colonia Estrella del Sur. El segundo caso en que el escribano hace referencia a un despojo es del terreno ubicado en el extremo sur del cerro “que se dice pertenecer a la Estrella, y del que parece están despojados los indios del barrio de San Andrés [Tomatlán]". [2]
La tabla de hueimilpa, que la hacienda de la Estrella conservó hasta la época del reparto agrario, durante la segunda década del siglo XX, es el terreno enmarcado entre las actuales calles de 5 de mayo y Cacama, y que entrecortan la continuidad del antiguo camino que “sale de Culhuacán a el de México” que aparece en el mapa de 1766, saliendo en dirección al norte, a izquierda del convento. La huella de esos linderos que fueron de la Estrella y después volvieron a ser parte del barrio Reyes, durante el siglo XX, son la razón por la cual el antiguo camino en la actualidad no presenta continuidad, recibiendo dos nombres: Camino a los Reyes al salir del convento hasta encontrarse con la calle de 5 de mayo, y de ahí el camino reanuda su traza original a partir de la calle de Cacama, llamándose Antiguo camino a Culhuacán hasta conectar con la calzada Ermita Iztapalapa.[2]
Para el tiempo en que el cuarto marqués de Aguayo fue dueño de la hacienda de San Antonio Coapa, la hacienda de Retis ya formaba parte, junto con la de Dolores y la Estrella, de la hacienda de San Antonio Coapa. Para entonces, las dimensiones del pueblo de Culhuacán ya se habían reducido a los alrededores de la cabecera de la comunidad. En las faldas del cerro de la Estrella continuaban, pese a acotaciones de los laboríos, los barrios de San Juan Evangelista, los Reyes, San Simón, San Andrés y Santa María Tomatlán sin sufrir cambios significativos en su ubicación.[2]
Siglo XIX
Con la disminución en los niveles de agua en la cuenca de México a partir de la llegada de los españoles, la tradición chinampera en el caso del pueblo de Culhuacán se fue replegando al oriente, al margen del ahora Canal Nacional, donde el pueblo de Culhuacán contó con chinampas al paso de este importante cauce, desde los barrios de Tomatlán hasta el barrio de los Reyes Culhuacán. Así lo representa el mapa de 1861, donde se aprecia que el curso del Canal Nacional es aprovechado por los habitantes del pueblo de Culhuacán para construir zonas de cultivo. En cambio en el plano de Garay de 1866, la cantidad de chinampas disminuyó a causa de su inundación por las obras hidráulicas que Garay emprendió. En el plano de Garay, las chinampas más importantes se encuentran al margen norte del dique de Culhuacán, mientras las chinampas ubicadas al sur del dique, construidas a las orillas del Canal Nacional son pocas, apreciándose algunas, las más grandes, a la altura del barrio de San Francisco y otras pequeñas a la altura de los barrios de Tomatlán.[2]
Siglo XX
El 29 de abril de 1918 los vecinos del pueblo de Culhuacán solicitaron a la Comisión Nacional Agraria que se les otorgara la tierra necesaria para sus integrantes. A partir de entonces la dependencia de gobierno comenzó a estudiar la zona, levantando planos e información al respecto para cumplir el reparto agrario, que también lo solicitaron los pueblos de Mexicaltzingo, Churubusco, San Pablo Tepetlapa y la Candelaria Coyoacán, apelando al cumplimiento de la ley decretada el 6 de enero de 1915, incorporada al artículo 27 constitucional. Por la información entregada a la Comisión Local Agraria del D.F en marzo de 1920 sabemos que :[2]
El pueblo de Culhuacán tiene una superficie de 456 1/2 hectáreas, constituyéndola tierras de labor; temporal y de buena clase, con una parte del cerro de la Estrella y la otra que es la mayor en llano. Las partes bajas son susceptibles de convertirse en riego por la proximidad del Canal Nacional y por la facilidad de encontrarse agua a pocos metros de profundidad; que los barrios de Culhuacán , Los Reyes, Tomatlán y San Andrés, pertenecen a la municipalidad de Ixtapalapa y el de San Francisco al de Coyoacán; que colinda por el norte con los terrenos fraccionados de la Hacienda de la Soledad y por la tabla de la Hacienda de San Antonio Coapa; por el Este, con la hacienda de san Nicolás Tolentino y por el Sur y el Oeste por la Hacienda de San Antonio Coapa, que es la que completamente la rodea y oprime.[2]
La condición del pueblo de Culhuacán en cuanto al territorio que formaba parte de la comunidad era, junto con la del pueblo de Iztapalapa, mucho más favorable con respecto a los demás pueblos de la región, ya que si bien habían sido despojados como todos las demás comunidades de sus tierras durante la época Colonial y el México Independiente, es importante señalar que estos dos pueblos lograron retener más tierras que el resto de comunidades vecinas.[2]
En 1937 la Comisión Nacional Agraria estableció la figura del comisariado ejidal como forma de representación y organización de las comunidades en el artículo 131 bis del código agrario. En cumplimiento de la norma el pueblo de Culhuacán fue dividido en 1938 en 5 núcleos ejidales: Culhuacán, Los Reyes, San Francisco, San Antonio y Tomatlán. Cada núcleo ejidal, eligió su respectivo comisariado, diluyendo con ello la pertenencia de cada barrio a un mismo pueblo al comenzar a gestionarse los problemas por separado y ya no bajo la figura representativa inicial del Comité Administrativo Agrario del Pueblo.[2]
La finca de San Antonio Coapa con una superficie redondeada en 1468 hectáreas en un reporte de afectaciones, fue dividida de la siguiente manera: “para Culhuacan 700 hs.; para Churubusco 150 hs.; para San Pablo Tepetlapa 158 hs.; para Mexicaltzingo 70 hs. y para la Candelaria 205 hs”. En general la tierra repartida entre cada miembro de las comunidades fue marcada de a 1 hectárea por familia. En total la suma de las afectaciones sumaron 1, 283 hectáreas en beneficio de los pueblos colindantes de San Antonio Coapa, restándole a la señora María Escandón de Bush 185 hectáreas de su propiedad, que la familia fue vendiendo para su urbanización en años posteriores bajo la firma de Fraccionadora San Antonio Coapa S.A. Para 1943, por trabajos de ampliación que se realizaron sobre calzada de Tlalpan, el casco de la hacienda de San Antonio Coapa fue demolido, desapareciendo la construcción más representativa del laborío que por varios siglos dominó la región.[2]
Siglo XXI
Análisis Urbano Arquitectónico
Lugares Emblemáticos
Arquitectura
Bares, Centros Nocturnos, Cantinas y Pulquerías
Iglesias, Templos, Parroquias, Capillas, Conventos
Fuentes
Monumentos Históricos
Museos
Parques
Restaurantes, Cafeterías y Fondas
Teatros
Familias Fundadoras
Familias de Varias Generaciones
Personajes Célebres
Personajes Inolvidables
Fiestas, Festivales y Ferias
Festividad de la Santísima Trinidad
Tradiciones y Costumbres
Mitos, Leyendas y Relatos
Academias
Auditorios
Barrios
Bibliotecas y Librerías
Calles
Centros Comerciales
Centros Culturales
Cines
Clubes Sociales y Deportivos
Embajadas y Consulados
Escuelas
Estaciones de Policía y Bomberos
Estaciones de Transporte: Metro y Autobuses
Fábricas
Galerías
Guarderías
Hospitales y Clínicas
Hoteles
Inmuebles Catalogados
Instalaciones Deportivas
Mercados y Tianguis
Murales
Oficinas de Correos
Oficinas Gubernamentales
Oficinas Privadas y Coorporativos
Otros Establecimientos
Panteones
Penitenciarías y Centros de Readaptación
Recorridos de Interés
Tiendas de Autoservicio
Tiendas, Farmacias y Misceláneas
Talleres
Unidades Habitacionales
Referencias
Bibliografía
- ↑ Cristina Oehmichen, "El carnaval de Culhuacán: expresiones de identidad barrial", en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, Vol. IV, núm. 14, primavera, 1992, pp. 163-180.
- ↑ 2,00 2,01 2,02 2,03 2,04 2,05 2,06 2,07 2,08 2,09 2,10 2,11 2,12 2,13 2,14 2,15 2,16 2,17 2,18 2,19 2,20 2,21 2,22 Rafael Pérez Reyes, Culhuacán: del entorno lacustre a las unidades habitacionales : un recorrido por los cambios en la fisonomía al sureste de la Ciudad de México. Tesis para obtener el título de Licenciado en Historia. México: UNAM, 2018.
- ↑ Rafael Pérez Reyes, Culhuacán: del entorno lacustre a las unidades habitacionales : un recorrido por los cambios en la fisonomía al sureste de la Ciudad de México. Tesis para obtener el título de Licenciado en Historia. México: UNAM, 2018.
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