Casa del Marqués del Apartado
La Casa del Marqués del Apartado ubicada en la Calle República de Argentina No. 12 en la Colonia Centro - Centro Histórico de la Alcaldía Cuauhtémoc es una obra que representa uno de los mejores ejemplos del neoclásico en México, fue proyectado a finales del siglo XVIII por el arquitecto valenciano Manuel Tolsá. Consta de tres niveles y posee una fachada monumental de cantera gris. En él se exhiben actualmente algunas piezas de la cultura azteca localizadas en el lugar durante las obras.
Datos
Historia[editar | editar código]
Época Colonial
Corría el año de 1524, cuando por instrucciones de Hernán Cortés, se inició la traza de la Ciudad de México sobre los restos de la destruida Tenochtitlan. Las nuevas manzanas fueron divididas en amplios solares repartidos entre los conquistadores más destacados.
El solar fue cedido a los conquistadores Luis Francisco y Gonzalo Acevedo.
Después de haber tenido otros propietarios, el edificio conocido como Casa del Marqués del Apartado fue construido a iniciativa del señor Francisco Manuel Cayetano de Fagoaga y Arozqueta.[1]
Su nombre se debe a que su dueño, José Francisco Fagoaga y Arozqueta, era Apartador Mayor de la Nueva España, de acuerdo al título del 2 de abril de 1718, y a quien por el desempeño de su importante labor le fueron otorgados varios títulos, entre ellos, el de marqués del Apartado y visconde de San José.
Don Francisco, era el funcionario que se hallaba a cargo del proceso de separación del oro y de la plata y encargado también de recabar el “Quinto Real” del metal extraído de las minas (impuesto de 20% establecido por el rey de España en 1504 sobre toda la riqueza metálica (metales como el oro, plata y piedras preciosas o joyas) conseguida de las colonias de América de acuerdo con los derechos económicos que los particulares debían pagar a la corona, que a pesar de haber sido establecido por tan solo 10 años, permaneció durante todo el virreinato.
El segundo Marqués José María Fagoaga y Leizaur, participó en la famosa conspiración de los “chaquetas” (por los trajes que usaban) que destituyeron al virrey José de Iturrigaray. En 1821 fue uno de los firmantes del Acta de Independencia. En 1828 fue expulsado junto con otros españoles y en 1832 nombrado Ministro de Relaciones de México.
El tercer Marqués Francisco Fagoaga, sufrió de un serio revés de fortuna en 1841 y tuvo que ceder la casa a sus acreedores, incluidas la biblioteca y una importante colección de pinturas formada durante sus largos viajes por Europa, considerada entonces la mejor de México.[2][2]
Para proyectar su fastuoso palacio, el Marqués contrató al renombrado arquitecto valenciano Manuel Tolsá, quién lo construyó entre 1795 y 1805. Esta señorial mansión fue ofrecida en 1821 al monarca español Fernando VII, en caso de aceptar un plan imperial a su favor o para alguno de sus familiares y según el cual, México se independizaría de España, pero gobernada por el propio rey o por un príncipe heredero. Sin embargo, este proyecto no prosperó.[2]
Siglo XIX
Entrado el siglo XIX la mansión fue propiedad de Cayetano Rubio, uno de los introductores de la industria textil y más tarde fue ocupada por Isidoro de la Torre, hombre de negocios dedicado a la extracción de mineral en los yacimientos de Real del Monte y Pachuca. Años después, pasó a manos de su hijo Ignacio de la Torre y Mier, esposo de Amada Díaz, hija del general presidente Porfirio Díaz. Por último, la residencia fue adquirida por Antonio Mier, quién al parecer fue uno de los últimos propietarios particulares del inmueble.
A lo largo del siglo XIX diversas familias tuvieron la propiedad hasta que fue adquirido en 1900, por la cantidad de 220 000 pesos, por el gobierno federal durante la gestión de Porfirio Díaz, quien lo destina para establecer ahí la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública.
Siglo XX
El Gobierno Federal entregó la casa a la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública que, al dividirse el 16 de mayo de 1905, pasó a formar parte de la Secretaría de Instrucción Pública. El mal estado en que se encontraba el palacio llevó a las autoridades a pensar en su demolición, ya que la estructura se hallaba totalmente fracturada por los restos arqueológicos existentes debajo de sus cimientos. Afortunadamente, se tomó la decisión de reconstruirlo con un proyecto realizado en 1901 por el ingeniero militar Porfirio Díaz, hijo del entonces presidente. [3]
Durante esos trabajos, supervisados por el arqueólogo Leopoldo Batres, se localizó el día 19 de noviembre de 1901, al excavar el patio central del edificio, una gran escultura de basalto con la representación de una xiuhcóatl (serpiente de fuego), y el 9 de diciembre de ese mismo año se encontró, muy cerca, un océlotl cuauhxicalli. Estos excepcionales hallazgos fueron motivo para que se continuara la excavación y a los pocos días se localizó una escalinata que forma parte de una plataforma orientada de este a oeste y con acceso de sur a norte.
Fue tanto el interés que estos vestigios despertaron, que fue necesario habilitar una ventana arqueológica, la primera en abrirse al público en el Centro Histórico de la Ciudad de México. El vestigio arqueológico se encuentra bajo el nivel de piso del patio central, al que se entra por una escalera metálica. La ventana mide 12.70 m de longitud por 4 m de ancho y 3.40 m de profundidad. La escalinata, delimitada por dos prominentes alfardas, presenta evidencias de 12 escalones construidos con sillares de basalto. En la base de la alfarda, que se ubica en el extremo oeste, se observan los restos de un árbol muerto.[1]
Al concluir la lucha revolucionaria, Álvaro Obregón destinó en 1924 el edificio a la Lotería Nacional, que la cedió en 1929 a la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo (que cambió su nombre en 1947 por el de Economía Nacional y lo volvió a cambiar en 1959 por el de Industria y Comercio), ocupando el inmueble hasta 1961, año en que la Compañía Nacional de Subsistencias Populares CONASUPO, lo adquirió y realizó algunas obras de restauración y adaptación.[2]
En 1985 se llevaron a cabo trabajos de rehabilitación que permitieron a la Dra. Elsa Hernández Pons excavar, en una crujía localizada hacia el lado oeste del patio central del edificio, la continuación de la escalinata descubierta por Batres en 1901.
Siglo XXI
Actualmente forma parte del Patrimonio de la Secretaría de Educación Pública y se utiliza como oficinas del CONACULTA y del INAH. [3]
Arquitectura[editar | editar código]
Esta obra representa uno de los mejores ejemplos del neoclásico en México, fue proyectado a finales del siglo XVIII por el arquitecto valenciano Manuel Tolsá. Consta de tres niveles y posee una fachada monumental de cantera gris.
En su interior se encuentra, además de su monumental escalera, un patio principal de grandes proporciones construido sobre los restos de uno de los templos prehispánicos de México Tenochtitlán. En él se exhiben actualmente algunas piezas de la cultura azteca localizadas en el lugar durante las obras.
En las diferentes ocasiones en que este edificio ha sido intervenido han participado, entre otros arquitectos, Jorge L. Medellín, Sergio Zaldívar, Alfredo Velasco y Francisco Pérez de Salazar; este último realizó los trabajos más recientes en el inmueble. [3]
Referencias[editar | editar código]
- ↑ 1,0 1,1 Tomado de: https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/casa-del-marques-del-apartado-vestigios-prehispanicos
- ↑ 2,0 2,1 2,2 2,3 Tomado de: http://mexicoheraldico.blogspot.com/2012/09/palacio-del-marques-del-apartado.html
- ↑ 3,0 3,1 3,2 Tomado de: Javier Villalobos Jaramillo. Los 100 Sitios y Monumentos más importantes del Centro Histórico de la Ciudad de México. En coordinación con la Delegación Cuauhtémoc y el Gobierno de la Ciudad de México.