Casa de las Bombas Condesa
Datos
La Casa de las Bombas Condesa se encontraba en la Colonia Condesa, dentro de la Alcaldía Cuauhtémoc. Fue obra de Alberto Pani (tío del arquitecto Mario Pani), construida en el predio que hoy ocupa la Torre Ejecutiva de la Secretaría de Economía. En la década de 1970 fue trasladada piedra por piedra a Tlalpan, cuya fachada fue reconstruida, para posteriormente funcionar como Casa de Cultura.[1]
Orígenes[editar | editar código]
Siglo XX[editar | editar código]
La historia de la ciudad de México ha estado siempre ligada al agua. No olvidemos que nació en unos islotes entre cinco lagos. A partir de la Conquista comenzó la batalla contra el agua, desecando las acequias que la cruzaban e iniciando obras para sacar el agua de la cuenca; finalmente en el siglo XX la deplorable hazaña se logró. Paralelamente comenzamos a traer el líquido vital de otros lugares.[2]
José Yves Limantour, secretario de Hacienda del presidente Porfirio Díaz, mandó por medio de su cuñado Pedro Puch una serie de invitaciones a amigos, empresarios, diputados y sus allegados para realizar una excursión a las chinampas de Xochimilco. Entre los invitados se encontraban el arquitecto Alberto J. Pani, Guillermo Landa y Escandón, Joaquín Casasús y el ingeniero Manuel Marroquín y Rivera. Por la mañana del domingo 29 de octubre de 1901 tomaron rumbo hacia la Hacienda de San Juan de Dios, la zona que décadas después daría cobijo al barrio de Coapa, al sur de la ciudad. Los invitados a esa primera exploración apenas llegaban a 30, pero lo importante no era el número sino el poder que detentaba cada uno de ellos. Algunos de los asistentes conformarían unos meses después la Junta de Provisión de Aguas de la Ciudad de México. Aprovechaban estos paseos para disfrutar de las transparencias del aire en estas regiones, todavía impolutas de la ciudad. La serenidad y candidez de la municipalidad de Xochimilco no se veía todavía invadida. Esas tierras húmedas seguían siendo ese rincón al suroriente de la ciudad que sólo los curiosos se atrevían a penetrar.[3]
Historia[editar | editar código]
1900[editar | editar código]
Como parte de las obras de abastecimiento de agua realizadas en la capital durante el Porfiriato, en 1903 inició la construcción de un acueducto que transportaba el líquido desde los manantiales de Xochimilco hasta los tanques de distribución de Dolores, ubicados en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec. El proyecto estuvo a cargo del ingeniero Manuel Marroquín y Rivera e incluía una estación de bombeo situada en el actual cruce de Alfonso Reyes y el Circuito Interior, entonces parte de la Municipalidad de Tacubaya.[4]
El acueducto proveniente de Xochimilco habría de desembocar cerca de una zona de reciente creación: la colonia Roma. Para recibir los caudales, en 1907 el ingeniero Alberto J. Pani diseñó la Casa de las Bombas, que se ubicó donde años más tarde se desarrolló la colonia Hipódromo-Condesa.[2]
1910[editar | editar código]
Para finales de 1914 los ejércitos que habían peleado contra el gobierno impostor de Victoriano Huerta tomaron la ciudad, al año siguiente sobrevino la disputa por el poder. Para 1916 los ejércitos campesinos de Emiliano Zapata habían sido reducidos a pequeños grupos de resistencia en las zonas limítrofes entre la ciudad de México y Morelos: Xochimilco, Milpa Alta y Tlalpan. [3]
Desde la mañana del 6 de octubre de 1916, los informes de la brigada del ejército carrancista dieron noticia del aumento de las tropas zapatistas en Xochimilco. Al acoso militar se sumó la falta de agua. Si en Europa se disputaban la guerra con las primeras armas químicas, en México los ejércitos zapatistas al mando del general Genovevo de la O optaron por imponer, a su estilo, un cerco sanitario. ¿Qué pasaría si a esa gran ciudad le cerraran el grifo del agua? ¿Qué pasaría si a las casonas y chalets de Santa María La Ribera y la Condesa las dejaran sin agua para limpiar sus aceras?[3]
Antes de que el general Pablo González enviara a sus mejores hombres, se intentó una maniobra escalofriante de la que sólo se conservan algunas referencias orales. Las tropas carrancistas de caballería se introdujeron a los tubos del acueducto —que por tramos tienen más de dos metros de diámetro— y marcharon a tomar por sorpresa las bombas de agua controladas por los zapatistas. Pensaron que las postas enemigas no vigilarían los respiraderos, pero el oído aguzado de los campesinos en armas detectó el eco de las herraduras, y tras consultar al estado mayor se decidió dar muerte por agua a quienes ingenuamente trataron de retomar Xochimilco, al modo en que los aqueos conquistaron Ilión en tiempos de Aquiles y Patroclo.[3]
1920[editar | editar código]
El domingo 19 de noviembre de 1922 la ciudad de México despertó sin agua. En la capital había, según el censo realizado el año anterior, 615 mil habitantes. En las primeras horas de la mañana la mayor parte de éstos descubrió que era imposible obtener de los grifos una sola gota. La higiene no era el mejor hábito de los capitalinos: muchos destinaban el domingo a su aseo personal —y pasaban el resto de la semana dándose rápidos baños de gato—. El sistema de aguas, pues, no pudo elegir peor día para fallar. Desde muy temprano ejércitos completos de fámulas y mozos fueron vistos con baldes en las manos, buscando el líquido de un lado a otro. No lograron encontrarlo más que en las fuentes públicas, porque el sonido de la ciudad “había perdido el canto del agua”. Con el pelo enmarañado y lagañas en los ojos, la gente se sentó a esperar. Iba a ser muy largo aquel domingo. Cada habitante de la ciudad solía disponer de un promedio de 200 litros diarios. Cuando cayó la noche las cañerías continuaban secas. “Hasta aquel día, nadie se había dado cuenta de la importancia que tiene el agua en nuestros usos domésticos”, consignó un periodista. Los baños de los cines, las cantinas, los teatros, los restaurantes, se estaban convirtiendo, para entonces, en algo parecido a zonas de desastre. [5]
Al día siguiente se esparció la noticia de que, a causa del descuido de un empleado, las bombas de agua de la planta de la Condesa, en donde concluía el acueducto proveniente de Xochimilco, se habían inundado. El director de Aguas Potables anunció que iba a tomar tres días secar la maquinaria y entregó al público una mala noticia: en ese lapso, la ciudad carecería del líquido suficiente para satisfacer sus necesidades. El agua almacenada, dijo, sólo permitiría abastecer a la población durante dos horas diarias.[5]
1940[editar | editar código]
La Casa de las Bombas de la Condesa dejó de funcionar en 1940; en 1975 se desmontó pieza por pieza y se trasladó al Bosque de Tlalpan. Ahí estuvo resguardada mucho tiempo, hasta 1986 en que se decidió reconstruirla en ese lugar para que fuese la Casa de la Cultura de Tlalpan. Sólo se aprovechó la fachada del edificio original, pero se le encargó al arquitecto Pedro Ramírez Vázquez que diseñara un proyecto que la adaptara para ese uso. Con gran talento, utilizando la misma piedra, diseñó un edificio moderno que se integra con gran armonía con el ecléctico de principios del siglo XX.[2]
Arquitectura[editar | editar código]
Como se acostumbraba en esa época es una bella construcción ecléctica con toque afrancesado. El edificio es en piedra color arena, artísticamente labrada; la fachada consiste en una media bóveda cóncava exterior, con ventanales de ambos lados. Esta decorada con motivos acuáticos, entre ellos, tortugas, serpientes, caracoles y tritones; al centro de la bóveda se colocó una estatua de Neptuno.
Referencias[editar | editar código]
- ↑ Jorge Vázquez Ángeles, "La mordida del Ouroboros", en Casa del tiempo. I época V (3), pp. 37-39.
- ↑ 2,0 2,1 2,2 Tomado de: https://www.jornada.com.mx/2013/04/14/opinion/034a1cap.
- ↑ 3,0 3,1 3,2 3,3 Tomado de: https://confabulario.eluniversal.com.mx/ciudad-de-mexico-agua/.
- ↑ Tomado de: http://www.elmodo.mx/casa-de-bombas-de-la-condesa/.
- ↑ 5,0 5,1 Tomado de: https://www.nexos.com.mx/?p=13739.