Via Crucis de Iztapalapa
Datos
El Via Crucis de Iztapalapa es una tradición que forma parte de las 49 Maravillas de la Ciudad de México. La representación se lleva a cabo en la Alcaldía Iztapalapa y es organizada por ocho barrios: La Asunción, San Ignacio, Santa Bárbara, San Lucas, San Pablo, San Miguel, San Pedro y San José. Aunque se recorren estos ocho barrios, el escenario principal es el Cerro de la Estrella. La procesión en Iztapalapa es diferente cada año, pues las personas interpretan a personajes distintos cada representación, incluso hay familias que consideran esta tradición como un legado, dejando como sucesores a sus hijos para que a su vez, hagan lo mismo. También se renuevan los pasajes de acuerdo con la Biblia, y algunas escenas se van quitando y otras se agregan para las nuevas versiones. Esta escenificación se lleva a cabo cada año y fue catalogada en 2012 como Patrimonio Cultural e Intangible de la Ciudad de México.[1]
Orígenes[editar | editar código]
Siglo XVIII[editar | editar código]
El Señor de la Cuevita es el factor religioso que dio origen a toda la devoción por la crucifixión en la alcaldía. Esta leyenda tiene varias versiones, pero una muy conocida cuenta que, cerca del año 1720, dos peregrinos procedentes de Etla, municipio ubicado en Oaxaca, se dirigían a la Ciudad de México para retocar una figura de Jesús de Nazaret en el sepulcro. Cuando pasaron por Iztapalapa decidieron acampar en el Cerro de la Estrella y pusieron la imagen debajo de un árbol. Al despertar, los viajeros descubrieron que la imagen ya no estaba. Ambos decidieron pedir ayuda a los pobladores para encontrar el símbolo de devoción, pero sus esfuerzos fueron en vano. Meses después, un cura reveló que había encontrado la efigie en una cueva. Los pobladores avisaron a los peregrinos para que fueran por ella, pero cuando trataron de sacarla, ésta fue imposible de mover. Todos asumieron que la figura religiosa debía quedarse ahí y se le construyó un santuario, que creció hasta convertirse en la Catedral de Iztapalapa.[2]
Historia[editar | editar código]
Siglo XIX[editar | editar código]
Desde 1843 en el Cerro de la Estrella o Huizachtepetl se conmemora la Pasión de Cristo. Diez años atrás, en 1833, los pobladores afectados y preocupados por la epidemia que azolaba a su comunidad, invocaron las imágenes de Cristo que se veneraban en sus respectivas ermitas de los barrios originales de Iztapalapa para que terminara la ola de muerte que se cernía entre sus familiares. A los pocos días, según cuenta la historia, la mortandad por el cólera cesó. Además del milagro de haber parado la epidemia, en San Lorenzo, uno de los pueblos de Iztapalapa, el Cristo invocado los favoreció con un agua milagrosa, pues del pie de un ahuehuete brotó un manantial y con el agua que de ahí emanó curaron a los enfermos y a la gente de los pueblos del sur.
La conmemoración de Semana Santa en Iztapalapa, ha sido tan importantes que en 1867 don Benito Juárez protegió la escenificación.
Siglo XX[editar | editar código]
En 1914, el General Emiliano Zapata prestó los caballos de su ejército, así como la ayuda económica para la realización del acontecimiento.[3]
Tradición[editar | editar código]
Como muestra de su agradecimiento a Cristo por haber escuchado sus ruegos, los habitantes de esa región iniciaron la representación del Via Crucis, por más de dos. Desde entonces, cada año, niños, jóvenes, adultos y ancianos de ocho barrios de Iztapalapa: San Lucas, Santa Bárbara, San Ignacio, San Pablo, San José, San Pedro, La Asunción y San Miguel salen a las calles a representar la Semana Santa. Es así como sus calles y colonias ubicadas en el perímetro del Cerro de la Estrella, se transforman para representar el pasaje doloroso de Jesús.
Ninguna versión es igual a la anterior, la modificación de escenarios, los papeles que se heredan, la elección de la joven y el varón que representarán a Jesús y María, así como los pasajes de la vida de Cristo que van agregando año con año, y los diferentes personajes que le dan vida a esa escenificación, la hacen diferente cada año. A lo largo de estos tres siglos las representaciones se han tenido cientos de actores con parlamento, en cuadros internos, miles de extras y al menos dos mil nazarenos registrados, de los cuales sólo uno, será el afortunado de cargar la Cruz de 90 kilos de peso por los dos kilómetros de trayecto. Durante cinco días miles de creyentes, turistas nacionales y extranjeros, observan los pasajes más importantes de la Pasión de Cristo, a través de escenarios, paisajes, iglesias, capillas, calles, parte del Cerro de la Estrella, explanada del Jardín Cuitláhuac y algunas estructuras levantadas para la ocasión.
El Jueves Santo
Se celebra la procesión por las principales calles emulando la visita a las Siete Casas, que en este caso es a los ocho barrios: La Asunción, San Ignacio, Santa Bárbara, San Lucas, San Pablo, San Miguel, San Pedro y San José. La última cena, el lavatorio en el Jardín Cuitláhuac; la Oración en el Huerto de los Olivos y la Aprehensión, en el Cerro de la Estrella.
El Viernes Santo
Día de la Tragedia Litúrgica: El Juicio: Presentación del Nazareno ante Poncio Pilatos; los clarines anuncian que El Redentor ha sido condenado: Azotes y Coronación se escenifican en la explanada del Jardín Cuitláhuac.
Acto seguido, inicia el Via Crucis rumbo al Gólgota (Cerro de la Estrella): en este trayecto se representan las tres caídas, la primera en la calle de Ayuntamiento (calle de Cuauhtémoc) las otras dos en la Calle de Hidalgo y Estrella, se escenifican los demás pasos al Calvario. Cientos de Nazarenos que también llevan a cuestas su cruz y corona de espinas, centuriones, soldados romanos y heraldos abren paso al Mecías acompañado por sus discípulos, vírgenes y samaritanos; detrás los clarines y una banda tocan la Marcha Dragona. Crucifixión con los villanos Dimas y Gestas, la presencia de Judas en la horca; a las tres de la tarde, da fin esta representación de la Pasión y muerte del Hijo del Hombre en el Cerro de la Estrella en Iztapalapa.[3]
Representación[editar | editar código]
El elenco se conforma por unas 5,200 personas, aproximadamente. Cada quien se encarga de pagar su vestuario. Todos los actores participantes, rigurosamente seleccionados, deben reunir algunos requisitos como: capacidad histriónica, mímica, voz clara y potente, facilidad de palabra, apariencia según sea el personaje a interpretar, haber nacido en el pueblo, ser hijo de padres oriundos de Iztapalapa, no tener vicios y ser de la religión católica.
Para representar a Jesucristo los candidatos deben tener los atributos físicos necesarios para resistir el traslado durante toda la representación que inicia con el Domingo de Ramos. Pero sobretodo, el trayecto del Viernes Santo cuando es condenado llevando a cuestas la cruz de madera que pesa aproximadamente 90 kilos (tal como lo estipulaba el código penal romano de aquella época) y soportando además caídas y golpes de los soldados romanos.
La representación del Vía Crucis en Iztapalapa comienza con el Domingo de Ramos, con la bendición de las Palmas en la Parroquia de San Lucas, y la Entrada Triunfal de Jesús de Nazaret a Jerusalén, en el santuario del Señor de la Cuevita.[3]
Referencias[editar | editar código]
- ↑ Tomado de: https://heraldodemexico.com.mx/cdmx/primera-pasion-de-cristo-viacrusis-iztapalapa-cerro-de-la-estrella/.
- ↑ Tomado de: https://www.milenio.com/cultura/origen-e-historia-de-la-pasion-de-cristo-en-iztapalapa.
- ↑ 3,0 3,1 3,2 Tomado de: https://www.imagenradio.com.mx/tres-siglos-de-historia-crucis-de-iztapalapa.