Parque Nacional Cumbres del Ajusco

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Datos

Época

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El Parque Nacional Cumbres del Ajusco es una de las 49 Maravillas de la Ciudad de México y de las 49 Atracciones turísticas más visitadas. Se encuentra al sur de la Ciudad de México, en la Alcaldía Tlalpan. El Parque Nacional cumbres del Ajusto es el más conocido entre sus habitantes, quizá y prácticamente visible desde cualquier punto de la ciudad y que supera los 3900 metros de altura. Es una gran reserva ecológica y forestal comprende un conjunto de parques: el Totolapan, el Axosco, el Tepozán, la Cantimplora, el Tezontle, la zona de campamento Joya Chica y el parque ecológicola Rufina.

Historia[editar | editar código]

Preshipánica[editar | editar código]

Desde la época prehispánica, en esta zona del Ajusco y en otras áreas del sur de la Ciudad de México, existieron numerosos pueblos indígenas.

Colonial[editar | editar código]

Estos pueblos fueron provistos de terrenos comunales, durante la colonia. Pero desde el siglo XVIII comenzaron a surgir las haciendas cuya expansión se produjo sobre todo durante el siglo pasado, a costa de las comunidades indígenas.

Siglo XIX[editar | editar código]

Por su parte, las industrias de tejidos, hilados y papel, empezaron a desarrollarse a mediados del siglo XIX, empleado a pobladores de la zona. Éstos, al perder sus propias tierras, no tuvieron otra alternativa que emplearse como jornaleros en las haciendas, y algunas veces también combinaron las tareas agrícolas con las fabriles, en las industrias locales.

Siglo XX

A partir de la reforma agraria y, como ya señalamos, durante los años veinte, se produjo la dotación de los ejidos de la zona, a partir de la expropiación de las haciendas. Pero la dotación de ejidos no fue suficiente para satisfacer las necesidades agrícolas de los habitantes de los pueblos, básicamente debido a la calidad de las tierras entregadas. En general éstas eran de agostadero (pedregosas, inútiles para la agricultura); una pequeña proporción era de temporal y ninguna de riego.

Por estas razones y como consecuencia además del aumento de la población, se solicitaron las ampliaciones de los ejidos, que se otorgaron principalmente en la administración cardenista, pero que tampoco fueron suficientes para satisfacer las necesidades de los campesinos. A los propietarios de las haciendas y ranchos agrícolas afectados se les reconoció una indemnización, protegiéndose además sus mejores tierras.

Así, entonces, en los primeros años del reparto agrario, se mejoró el nivel de vida de los ejidatarios limitándose al proceso de proletarización; pero él no pudo frenarse por mucho tiempo, debido a la extensión y calidad de las tierras que se repartieron. Con el periodo cardenista terminó el proceso de reforma agraria en esta zona del Ajusco y comenzó también la lenta desintegración de los ejidos.

La explotación forestal fue muy importante para algunos pueblos. Tanto los bosques comunales como ejidales fueron usados en algunos casos para el consumo personal de los campesinos, o para vender la madera en el mercado, y en otros casos se entregaba en concesión a las fábricas de papel Loreto y Peña Pobre. Esto condujo a la depredación de los bosques y en algunos casos se agotaron los recursos de comunidades que dependían en gran medida de la explotación de los mismos. [1]

Geografía[editar | editar código]

La altura máxima del parque es de 3,930 msnm,​ que corresponde a la elevación conocida como el pico del águila, el cual alcanza una altura desde el Valle de México que sobrepasa los 1,400 metros. En verano hay un clima templado que presenta lluvias, y en invierno hay algunas nevadas, ya que la temperatura llega a descender debajo de los 0°C.

En el parque todavía es posible ver el majestuoso sistema montañoso de la Sierra de Ajusco-Chichinauhtzin, que delimita una con la parte Sur de la cuenca del Valle de México, limitando con la Sierra de las Cruces al Oeste, y al Este con la Sierra Nevada. Estos sistemas de montañas forman parte del Eje Neovolcánico que atraviesa la parte central del país.

Lo preocupante de este bosque es que la mayor parte de la extensión se encuentran amenazados por la mancha urbana que se ha expandido sin control sobre las partes bajas cercanas a la zona del parque, fenómeno que se ha presentado desde mediados del siglo XX.

En el Ajusco no existen corrientes que puedan clasificarse como ríos, y sólo en la época de lluvias se transforman en arroyos torrenciales. En toda esta región pedregosa, el agua de lluvia se filtra y forma mantos subterráneos que brotan como manantiales en algunos sitios, con aguas muy puras y limpias. Asimismo, ella se ha reservado como Parque Nacional por sus recursos forestales, que le incluyen coníferas, árboles de maderas blandas, predominando los pinos y el oyamel.

Flora y fauna[editar | editar código]

Posee una gran diversidad en flora y fauna y algunas de tipo endémico. Existen varias especies de árboles de las familias del pino, del abeto, del encino y del junípero, así como el madroño, de las cuales algunas de todas estas especies son endémicas de la región. Las zonas boscosas de este parque están compuestas por especies de pino y encino y algunas zonas cubiertas por pastizales de alta montaña que forman paisajes naturales de gran belleza. Son muy visitados entre los fines de semana, sobre todo en invierno cuando, en ocasiones, se presentan ligeras nevadas en las zonas altas.

Hay variedad de tlacuaches, musarañas, ratones, coyote, comadreja, zorrillo, gato montés, conejo de los volcanes, ardillas, víboras de coralillo y cascabel y en los hoyancos de las cumbres hay murciélagos.[2]

Actividades[editar | editar código]

Pero sobre todo, muchos visitantes que acuden al parque nacional para desayunar en algunos de los puestos de comida mexicana ubicados sobre la carretera Picacho – Ajusco, o solo para contemplar el paisaje, ya que se pueden obtener hermosas vistas de la ciudad y del valle de México.

Hay mucho espacio para el excursionismo, senderismo y el alpinismo. Algunos jóvenes exploradores se instalan en el lugar los fines de semana. De hecho para quienes practican el alpinismo en el kilómetro 21.5 de la carretera Picacho – Ajusco se encuentra instalado un albergue cercano al Valle de la Cantimplora y en el kilómetro 15 de la carretera Picacho – Ajusco se encuentra un increíble laberinto.​

Las comunidades ejidales asentadas en el lugar ofrecen visitas a sitios donde los visitantes la práctica de deportes extremos como el enduro, motocross, la renta de cuatrimotos, y sobre todo, de la práctica de gotcha. Se ofrece una de las mejores zonas en toda la Ciudad de México y de Latinoamérica para practicar estos deportes, incluso en una de las zonas se puede practicar el descenso en bicicleta de montaña.

Hay muchos lugares para comer quesadillas, tacos y otros antojitos mexicanos. Zona de baños, fogones, oficinas de vigilancia, visitas guiadas, juegos infantiles y diversas actividades ligadas a la conservación ambiental.[2]

Referencias[editar | editar código]

  1. Tomado de: https://estudiosdemograficosyurbanos.colmex.mx/index.php/edu/article/view/650/643.
  2. 2,0 2,1 Tomado de: https://mxcity.mx/2019/06/conoce-el-pletorico-parque-nacional-cumbres-del-ajusco/.