Panteón San Nicolás Totolapan
Datos
El Panteón San Nicolás Totolapan tiene dos secciones no contiguas dentro de la Colonia Pueblo de San Nicolás Totolapan. Ambos son gestionados por la comunidad de este pueblo originario, quienes reviven las tradiciones remotas dentro de este lugar de reencuentro. Destaca la celebración del día de muertos, en cuya víspera los habitantes suelen hacer intervenciones para rememorar a sus queridos antepasados.
Características[editar | editar código]
El predio del Panteón ocupa la extensión de dos manzanas, ambas separadas pero forman el mismo panteón que pertenece al pueblo. El panteón cuenta con una configuración básica y libre de alguna intención arquitectónica, el predio esta rodeado por una barda perimetral que llega a no mas de 2.50 metros y una reja amplia que se abre todos los días a las personas que visitan a sus familiares o amigos llevando por una senda única a los visitantes que atraviesa el panteón de sur a norte. El panteón no tiene en existencia algún espacio cubierto por lo que el cielo es enmarcando; los arboles se vuelven parte protagonista del panteón brindando sombra para los momentos del día mas críticos en cuanto a la incidencia solar, y que brindan también sonidos de calma al chocar la brisa con sus hojas. Al centro del Panteón hay una pileta que se mantiene llena de agua para que todos los visitantes puedan llenar sus cubetas o cuencos y poder hacer la limpieza del recinto de sus familiares, poner agua a sus flores o regar el pasto al rededor de los recintos, la pileta también se convierte en un elemento protagonista ya que se transforma en un gran espejo que refleja el cielo en el suelo del panteón siendo un elemento poético sobre lo que esperamos al dejar la vida física.
Historia[editar | editar código]
La existencia y el cuidado de estos panteones a lo largo de los años se debe a los habitantes de esta comunidad, quienes, por medio de la donación y compra de terrenos, crearon este espacio que permitiera hacer los ritos funerarios y guardar los restos de sus antepasados.[1]
El panteón comunitario es un espacio de reproducción cultural en el cual las relaciones sociales expresan normas, valores, costumbres, códigos y las experiencias importantes que conforman la vida comunitaria. [...] La relación que establecen los originarios con los difuntos de la comunidad hace pensar en el concepto dual vida/muerte de la cosmovisión mesoamericana. La relación entre vivos y muertos se hace patente en la cotidianidad de los panteones de los pueblos originarios.[2]
En los panteones comunitarios los difuntos son atendidos con esmero y afecto; si bien de manera especial durante los días de los "santos difuntos", durante todo el año también puede observarse la presencia de familiares que cuidan el arreglo de tumbas y nichos, llevan objetos del gusto de sus difuntos, limpian o reacomodan los objetos que conforman su nueva morada.[2]
Personajes ilustres[editar | editar código]
Bibliografía[editar | editar código]
Referencias[editar | editar código]
- ↑ Josefina Quintero y Mariana Norandi, "Piden respetar usos y costumbres en los panteones vecinales de la ciudad" en La Jornada, 1 de nov. de 2006.
- ↑ 2,0 2,1 María Teresa Romero Tovar, “Memoria y defensa de los panteones comunitarios del Distrito Federal” en Nueva Antropología, Vol. 23, N° 73, jul-dic 2010.