Museo Nacional de las Intervenciones
Datos
El Museo Nacional de las Intervenciones esta ubicado en la Colonia San Diego Churubusco en la Alcaldía Coyoacán en la Ciudad de México. El Museo Nacional de las Intervenciones se ubica en un antiguo convento que los franciscanos cedieron a la orden de los dieguinos en 1580, los cuales establecieron allí su noviciado y el colegio de formación de misioneros que evangelizaron Filipinas, China y Japón.
Historia[editar | editar código]
Fecha de fundación: 13 de septiembre de 1981.
Siglo XVI
En el espacio que ocupa hoy el Museo Nacional de las Intervenciones se ubicó un templo de gran importancia para la cultura Azteca o mexica; posteriormente, al ser destruido por los españoles, se construyó ahí un templo parroquial y una casa cural, en el siglo XVI.
Siglo XVIII
Algunos años estuvo abandonado, otros se reedificaba, y aún en 1723 no se terminaba la construcción completa.
Siglo XIX
Entre mayo y julio de 1847, el Ex Convento de Churubusco fue convertido en fortaleza militar. Los monjes dieguinos abandonaron el lugar. Las tropas de los generales Manuel Rincón y Pedro María Anaya prepararon la defensa de Churubusco, enfrentaron a las tropas de Estados Unidos intentando detener su marcha sobre la ciudad de México. El Ejército invasor avanzaba desde Veracruz, siguiendo la ruta de Cortés. Su llegada era inminente. En los alrededores del ex convento se libró la batalla de Churubusco el 20 de agosto de 1847, hasta que el parque se agotó. Pasada la guerra nuevamente regresó a manos de los religiosos. Unos años más tarde, desde 1875 y hasta 1914, algunos espacios del Convento fueron destinados a Hospital militar para enfermos contagiosos.
Siglo XX
En 1918, fue entregado a la Inspección General de Monumentos Coloniales, Artísticos e Históricos, con la intención de ser convertido en “Museo histórico y de transportes”, para lo cual se estuvieron reuniendo algunos vehículos antiguos: “Silla de manos”, de 1728; carroza de la época virreinal, siglo XVII; otra que en las portezuelas y estribos tenía el escudo del Rey Guillermo II de Holanda, y que había sido utilizada por Antonio López de Santa Anna, así como por Maximiliano de Habsburgo; un carruaje de los llamados “diligencias”; un automóvil que perteneció a Porfirio Díaz; un landó abierto, obsequiado por Francisco Villa a Carranza; dos autos que estuvieron al servicio de Francisco I. Madero, entre otros. Poco después su custodia quedó a cargo de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El recinto finalmente fue destinado principalmente a narrar la historia vivida el 20 de agosto de 1847 ante la invasión por parte de los Estados Unidos, como “Museo Histórico de Churubusco” e inaugurado por Venustiano Carranza, el 20 de agosto de 1919, cuando México tenía encima la posibilidad de una nueva intervención estadounidense. Gran parte de su colección se formó con litografías, retratos de personajes de esa guerra, armas de fuego y blancas y algunos cuadros murales, proviniendo varias de ellas del “Museo de Artillería”.
En 1939, ya fundado el INAH, el museo quedó bajo su custodia y el resto del inmueble fue ocupado por oficinas del propio instituto. En 1960 el espacio de la iglesia fue devuelto a los religiosos franciscanos, quienes hasta hoy la ocupan.
A mediados de los setenta el museo fue definitivamente cerrado, tanto por razones de seguridad como por la falta de mantenimiento y fue en 1977 cuando se decidió su reapertura, para lo cual se empezó a trabajar en el proyecto del nuevo museo. Finalmente, el 13 de septiembre de 1981, es reinaugurado por el presidente José López Portillo como “Museo Nacional de las Intervenciones”, con el objetivo principal de prestar servicio al sector educativo, por la compatibilidad con los contenidos programáticos de los cursos de Historia de México.
Se planteaba en el discurso del museo a la Independencia, soberanía y democracia, como las constantes de la acción popular en nuestro país desde fines del siglo XVIII. Así como a la lucha por defender a la nación y la república de los amagos de intervención por gobiernos europeos y norteamericanos, por lo que el espacio para el Museo, se decía, se había elegido por haber sido el sitio donde se libró una de las últimas batallas por la defensa de México frente a los invasores norteamericanos de 1847.[1]
Arquitectura[editar | editar código]
Este inmueble fue el lugar desde donde se abasteció agua dulce a México-Tenochtitlan por medio de un acueducto que mandó construir en 1499 el tlatoani Ahuitzotl. Una vez terminada la conquista de Tenochtitlan, el lugar y el nombre de la zona se castellanizó bajo el nombre de Churubusco y perteneció al conquistador español Bernardino Vázquez de Tapia.
La orden franciscana erigió una pequeña iglesia y un convento hecho de ladrillos y edificados por frailes entre 1528 y 1548. La construcción fue atribuida a Fray Juan de Zumárraga, y por un tiempo pasó a la administración secular. Sin embargo, la arquitectura conserva definidas las áreas de cocina, refectorio, ante sacristía, portal de peregrinos, baño, claustros, capillas, celdas y una huerta. Sin ser el tema principal del museo, se puede admirar arte de los siglos XVII a XIX.
Colecciones[editar | editar código]
La historia narrada en el museo está apoyada con gráficos, pinturas, litografías, grabados, fotografías y piezas como armas de fuego, entre cañones, fusiles, pistolas, balas, sables, espadas y machetes; banderas, uniformes, medallas, joyería, cerámica y muebles, entre otros.
Salas[editar | editar código]
En las salas de exhibición permanente se explican cronológicamente las intervenciones armadas sufridas por México a lo largo de los siglos XIX y XX:
- Introducción: Se reconstruyen las formas de resistencia mexicana contra las intervenciones extranjeras y se explican en orden cronológico los orígenes del expansionismo estadounidense.
- Independencia: Se ilustra el difícil camino de México para constituirse como nación. La lucha independentista y la pugna federal-centralista, además de la intromisión de los agentes estadounidenses en la política interna, fueron el contexto en que se produjo la primera intervención armada.
- Intervención española de 1829: Se hace énfasis en los factores que propiciaron la expedición peninsular a Veracruz y Tampico, así como la resistencia sostenida por las milicias cívicas y el triunfo del ejército mexicano al expulsar a los invasores.
- Intervención francesa de 1838-1839: Los objetos exhibidos permiten explicar los móviles de Francia que, pretendiendo imponer un tratado comercial desventajoso para México por medio de la diplomacia, utilizó como último recurso la presencia de su armada en aguas veracruzanas. En esta sala se destaca la capacidad de negociación de los representantes mexicanos para resolver el conflicto, que utilizaron los mismos argumentos que la potencia interventora: el derecho internacional.
- Intervención norteamericana de 1846-1848: Se presentan, en primer término, las razones por las que se perdió Texas, que al ser anexada a Estados Unidos propició el inicio de la guerra con México. Se explica que la resistencia fue sostenida fundamentalmente por el ejército en los frentes norte, oeste y centro del país y que, una vez derrotada aquélla, se firmó el tratado de paz con el que México perdió más de la mitad de su territorio original. Finalmente, con la cesión de La Mesilla culminó la última mutilación del territorio mexicano.
- Intervención francesa de 1862-1867: Se hace hincapié en la lucha liberal-conservadora, que primero posibilitó la presencia armada de las potencias acreedoras y después la intervención formal de las fuerzas francesas, que invadieron la mayor parte del país. La exposición destaca la figura del presidente Benito Juárez como símbolo de la defensa de la soberanía nacional ante los intereses del imperio francés, empeñado en imponer un protectorado en México, encabezado por un príncipe europeo. La sala concluye con la resistencia de los republicanos en sus diferentes fases –sustentada en contingentes de extracción popular–, más las condiciones que impidieron la supervivencia del Segundo Imperio y determinaron el triunfo de la República.
- Hacia la modernización: Si bien no se expone ninguna intervención armada en concreto, el objetivo es situar al visitante en el cambio que experimentó la relación de México con el mundo al entrar en la esfera de la modernización económica, es decir, en el mercado internacional. Se subraya el rezago en el ámbito político para explicar la eclosión social de 1910.
- Intervención norteamericana de 1914: Se explica el proceso de la misma, entreverada con la Revolución Mexicana en su etapa constitucionalista. Se señalan los intereses económicos estadounidenses, que primero apoyaron y luego rechazaron a un régimen dictatorial, para luego emprender una intervención armada en el puerto de Veracruz, donde la marina y el pueblo ofrecieron resistencia. Se destaca la postura nacionalista de los dirigentes revolucionarios ante la agresión y la exigencia estadounidenses de resolver las diferencias internas de acuerdo con sus instrucciones.
- Intervención norteamericana de 1916: Se ilustra la forma como el gobierno estadounidense se arrogó, aprovechando la lucha de fracciones en el país, la autoridad para castigar a los “bandoleros” mexicanos que ponían en peligro la seguridad de su frontera. Se subraya la resistencia en Chihuahua por parte de la población civil, que junto con el ejército rechazó a los invasores. Finalmente se señala la postura nacionalista del gobierno mexicano, hábil defensor de la negociación diplomática como un medio eficaz de resolver conflictos.[2]
Obras destacadas[editar | editar código]
Exposiciones temporales[editar | editar código]
Reconocimientos[editar | editar código]
Obras emblemáticas[editar | editar código]
Información Estadística y Curiosidades[editar | editar código]
- Benito Juárez declaró el Convento de Churubusco monumento histórico en reconocimiento a la heroica batalla de Churubusco.