Colonia Insurgentes Mixcoac

Se dice que, en la época de la conquista, los españoles construyeron numerosos ranchos y haciendas, destacando por su belleza la de Mixcoac, de la cual aún se conserva el casco. Para finales del siglo XIX, los ricachones de la capital establecieron sus residencias de verano en este lugar, era algo así como ir hoy a vacacionar a Cuernavaca.

Actualmente, el barrio está dividido por varias colonias como Nonoalco, San Juan, Extremadura Insurgentes y Mixcoac, la cual está delimitada por las avenidas Insurgentes Sur, Revolución, Río Mixcoac y por la calle de Empresa.

Bájate del carro y empieza tu recorrido por esta histórica colonia, pero antes checa los sitios de interés que a continuación te vamos a mostrar y que debes conocer.

Gracias a su belleza, el Templo de Santo Domingo de Guzmán ha sido locación de algunas telenovelas, películas y series. Su fundación estuvo a cargo de los frailes Franciscanos en 1595, su fiesta patronal es el día 8 de agosto.

Pintado de color rojo ladrillo, este templo está conformado por un gran atrio tapizado con un cuidado pasto el cual hace juego con el verde de los árboles y palmeras que adornan el lugar. Además, conserva casi intacta su construcción original, reflejado en su portería con tres arcos y el claustro.

En el interior del templo se pueden apreciar las pinturas de la Divina Providencia, la Virgen de Guadalupe y la Purísima. Así mismo, imágenes de tamaño natural de la Dolorosa, un Cristo y de San Juan.

A un costado de la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán —y rodeada de un ambiente de tranquilidad y ligeramente campirano— se encuentra la Plaza Jáuregui. Fue en 1945 cuando se dispuso el lugar para construir un parque infantil.

El lugar consta de un gran y verde jardín, en el centro del jardín se encuentra un kiosco. Por su pasividad, es el sitio ideal para pasear en compañía de tu mascota y cuenta con varias bancas de acero donde te puedes sentar a observar a la gente pasar.

Aunque no hay una placa que lo identifique, los vecinos comentan que este busto corresponde al licenciado Agustín Jáuregui, quien fuera vecino del lugar y que participó en la toma de la plaza de Tacubaya. Sin embargo, no pudo vencer al enemigo y fue fusilado junto con otras personas en 1857.

Recordando las batallas más sangrientas en la historia de la humanidad —como la Matanza del 68—, se encuentra El Muro de la Paz, de donde además cuelgan algunas frases a favor de la paz. A lo largo y ancho de la pared de pueden leer expresiones dichas y escritas por personajes como Benito Juárez, San Mateo, la Madre Teresa de Calcuta y Mahatma Gandhi. Uno de los imperdibles de la colonia es este Centro Cultural, construido en 1912 por mandato del entonces presidente Porfirio Díaz. En ese entonces fue creado para ser ocupado por la prefectura política y municipal de Mixcoac.

Desde 1975, el lugar es dedicado para realizar actividades culturales. En 1986 se le nombró Centro Cultural Juan Rulfo en homenaje póstumo al escritor mexicano. A mitad del antiguo edificio se deja ver una lona que invita a los vecinos a tomar un curso de verano de teatro musical.

Sobre la calle de la Campana se encuentra el temido callejón del Diablo. Se dice que antes de convertirse en lo que hoy es, en la época de la colonia era un pasaje lleno de árboles frondosos, pero —a pesar de su belleza— pocas personas pasaban por miedo a que se les apareciera el diablo, ya que aseguran que un hombre alto y vestido de negro rondaba por el lugar.

Uno de los referentes de la zona, es la Casa de la Campana, mismo nombre que lleva la calle donde está situada y que le fue dado debido a que en la parte superior de su puerta se encuentra una campana. El estilo de la antigua casona es colonial, su construcción es a base de cantera, tezontle y piedra volcánica. Su edificación data del siglo XVIII y se dice que ha sido habitada por varias congregaciones religiosas. Vecinos del lugar comentan que actualmente viven los hermanos De la Salle, propietarios y profesores de una famosa universidad.

Rodeada por las calles de Cádiz Sur, Santander y Valencia se encuentra esta glorieta con su fuente construida al estilo art decó. Está pintada en color blanco y en su punto se aprecia un octágono de donde los amantes de lo ajeno desprendieron un reloj.

Se dice que actualmente el lugar es un punto de encuentro para los oficinistas que salen por las tardes a echarse un refrigerio.

Se dice que a mediados del siglo XX se trazaron varios ejes viales y se ensancharon algunas avenidas, a lo que se le sumó el establecimiento de varios edificios, departamentos y unidades habitacionales que la hacen una de las zonas más pobladas de la capital. Afortunadamente, a pesar de ello el barrio no perdió su identidad.

Otra de las cosas que se cuenta es que en ella vivieron personajes como el escritor Octavio Paz y José Joaquín Fernández de Lizardi.^[1]