Casa Barroso-Chávez
Datos
La Casa Barroso-Chávez fue diseñada por el arquitecto Nicolás Mariscal Piña y ahora alberga la residencia de la Embajada de los Emiratos Árabes Unidos. Al exterior, salvo modificación a la barda, cambios de herrería y una ampliación en la parte trasera, la casa se conserva intacta; del interior, se muestran aquí únicamente imágenes captadas en 1956, como testimonio de uno de los últimos diseños del versátil arquitecto Mariscal.[1]
Historia[editar | editar código]
Como lo describe el Arquitecto Rafael Fierro Gossman en su valioso y bien documentado blog Grandes Casas de México, Guillermo Barroso fue hijo de Josefina Corichi Soler y don Luis Barroso Arias, acaudalado vasco que a final del siglo XIX formó una fructífera explotación en fuerza motriz; estaría luego vinculado con la industria textil (compañía de hilados y tejidos “san Antonio Abad” en la Ciudad de México, “Compañía industrial de Atlixco” en Metepec), actividad agrícola y ganadera, así como fraccionamiento de bienes rústicos y urbanos (“Compañía de la Huerta del Carmen en San Ángel S. A.”, “Compañía de construcciones de la Condesa” y luego “Nueva colonia del Valle”) además de ser accionista en el “Banco de Londres y México”, la compañía “Tabalacera Mexicana” y “Guayulera Nacional” al lado del señor Julio M. Limantour.
Quinto de ocho hijos, Guillermo Luis Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús y María Barroso Corichi nació el 26 de septiembre de 1900, para ser bautizado el 24 Octubre en la capilla de San Cosme y San Damián; desde muy joven se interesó en diversas ramas del comercio e industria y para enero de 1923, casó en el templo de Nuestra Señora de Guadalupe de la Paz con Josefina Chávez Durán (1906-1961). Su hermana mayor Josefina Barroso Corichi –nacida en 1894– había casado en 1913 –en plenos disturbios revolucionarios luego de la deposición de Madero– con el reconocido arquitecto Nicolás Mariscal Piña (1875-1964).
El amplísimo espectro de las actividades de don Guillermo requerirían un documento autónomo, ya que continuó administrando parte de las empresas de su padre y amplió su actividad en varios ámbitos; bástenos anotar aquí su importancia en la ganadería –ligado con su hijo a la explotación de la famosa hacienda de Pastejé– y su importantísima huella en la obra de beneficencia, específicamente ligado a la Cruz Roja Mexicana, cuyo hospital central en Polanco lleva su nombre.
Luego de su matrimonio en 1923 con Josefina Chávez Durán, la familia Barroso-Chávez habría residido en la espectacular casa de Paseo de la Reforma N°560 esquina con Explanada (ver), donde habitarían también sus hijos Josefina, Ma. Lourdes, Guillermo Jr., José y Luis Javier. En los directorios de esos años, aparece la casa como residencia de don Guillermo y doña Josefina, con el teléfono 28-02-34…
Para la década de los cincuenta y luego de las bodas de sus hijos, el matrimonio decidió edificar una casa más pequeña, que se alejara de la recargada decoración colonial de la casa diseñada por el arquitecto Hermann Noeh en 1930, y acudieron al cuñado de don Guillermo –Nicolás Mariscal Piña– que por entonces terminaba una de sus obras más conocidas, en el Cerro del Cubilete de Guanajuato.
Nicolás Mariscal y Piña era un auténtico apasionado de la arquitectura; creó y dirigió la revista “El arte y la ciencia” que se publicó desde 1899 con un enorme impacto en el México artístico y fue miembro de la Asociación de Autores Líricos y Dramáticos, Escritores y Artistas, conocido posteriormente como Ateneo Mexicano Literario y Artístico.
Desde 1909 recibió gran reconocimiento cuando remodeló la casa de don Francisco Espinosa para albergar la Secretaría de Relaciones Exteriores (ver) y al paso del tiempo se haría de gran prestigio también como maestro, ya que llevó en la Escuela Nacional de Bellas Artes la asignatura de teoría de la arquitectura, en la que persistió por años…[1]