El Hipódromo Condesa (1910-1925)
Datos
El Hipódromo Condesa es uno de los 49 Inmuebles demolidos más recordados de la Ciudad de México. Se encontraba en el centro de la actual Colonia Hipódromo Condesa, cuyo nombre proviene de la importante hacienda de la Condesa Miravalle, sobre la cual se trazó esta colonia, y por este memorable hipódromo. Fue inaugurado el 23 de octubre de 1910. Sin embargo, el lugar recibió muchas críticas: los espectadores decían que en el antiguo Hipódromo de Peralvillo los caballos podían ser más veloces. Catorce años después de inaugurado el hipódromo dejó de ser negocio y los socios decidieron venderlo a José G. de la Lamma y Raúl A. Basurto, que se dedicaban al desarrollo inmobiliario. Actualmente, la calle principal de la colonia, Ámsterdam, mantiene la misma traza que la antigua pista de carreras del hipódromo: por este circuito transitaron los caballos más veloces del siglo pasado, también los pilotos más arriesgados. Ahora es circuito de perros y caminantes.[1]
Historia[editar | editar código]
Siglo XIX[3][editar | editar código]
En 1881 Pedro Rincón Gallardo, regidor del ayuntamiento, propuso que se creara un Jockey Club (asociación deportiva) en el país. Un año más tarde se inauguraría el Hipódromo de Peralvillo que fue el centro de recreación por casi 20 años. Años después los jóvenes porrianos de entonces, se mudaron de Peralvillo a la Condesa, pues el Centro Histórico se había vuelto popular y los hombres en el poder se trasladaron a colonias con más prestigio. En 1902 la Compañía Fraccionadora Colonia de la Condesa S.A adquirió el dominio de los terrenos que formaban la antigua hacienda de la Condesa de Miravalle. Como los trenes no llegaban hasta la entrada del Hipódromo de Peralvillo y la élite tenía que atravesar campos polvosos y la nueva colonia se ubicaba en un mejor terreno, el Jockey Club decidió construir una nueva sede.
Siglo XX[3][editar | editar código]
Entre los primeros socios de esta compañía se encontraban José Yves Limantour, Guillermo de Landa y Escandón, Enrique C. Creel y Porrio Díaz, hijo. Ocho años pasaron y el 23 de octubre de 1910 se inauguró el nuevo hipódromo. Las críticas no fueron buenas, el evento lució desangelado. De acuerdo con la publicación El Mundo Ilustrado las carreras de caballos fueron lentas y la aristocracia no se mostró tan emocionada como en Peralvillo. Así, para generar interés en la sociedad en el nuevo hipódromo se celebró el primer Derby mexicano. La tarde del 6 de noviembre de 1910 miembros del Jockey Club y “toda la buena sociedad” se reunieron en las tribunas de la Condesa para presenciar el acontecimiento. El resultado fue sorprendente, pues el caballo Tecoat que pertenecía a Guillermo de Landa, y que además era el favorito, no ganó. El primer lugar fue para el potro Star Eyes y su jinete ganó 15 mil pesos más el 50% de las entradas de aquel día. En un anuncio publicado en El Universal se aprecia que el costo de los boletos para acceder a las carreras tenía un precio de 5 pesos en las tribunas de primera clase y 2 pesos en las de segunda.
Vale la pena mencionar que este sitio no solo era únicamente para los hombres, también se daban cita las mujeres de alta sociedad que iban a lucir su vestimenta de última moda. Para poder apreciar esto, se pueden hojear las páginas de los diarios de la época, donde aparecía la élite. Es fácil imaginar que al hipódromo llegaba la alta sociedad porriana.
La Revolución interrumpió las actividades del hipódromo, aunque de vez en cuando seguían llevándose a cabo las corridas. En los diarios de la época se publicaba que las temporadas de carreras pasaban inadvertidas. Así, en los años posteriores este sitio fue usado para celebrar estas deportivas, juegos de polo, carreras de automóviles y motos que “daban 75 vueltas a la pista”, según Edgar Tavares.
El trazo de la pista hoy corresponde a la avenida Ámsterdam.
El 8 de mayo de 1922 la carrera más importante y emocionante fue la del Derby; además el presidente de la nación ofreció un premio de mil pesos y el triunfador obtendría el Derby: “que es la más alta recompensa a que puede aspirarse en materia de carreras de caballos”, se publicó en las páginas de EL UNIVERSAL. La sorpresa la dio el caballo Bill Rendered al cruzar primero la meta y dejar en segundo lugar al favorito Foghorn. El jockey Shelepets montó a Bill y lo llevó a la cabeza del grupo hasta el nal, recorriendo mil metros en sesenta y dos segundos; batiendo el récord de tiempo en esa distancia.
Todo esto terminó en 1925, cuando el Jockey Club vendió los terrenos y se construyó la colonia Hipódromo Condesa. Sin embargo, esta colonia conserva los vestigios de su orígenes: el óvalo de la pista de carreras actualmente es la calle de Ámsterdam.
Arquitectura[editar | editar código]
Anécdotas Memorables[editar | editar código]
- El 17 de septiembre de 1921 el presidente Álvaro Obregón asistió al hipódromo para entregar estandartes a 13 batallones. De los últimos eventos a los que asistió el presidente Álvaro Obregón fue a la inauguración de la última temporada formal de carreras, el 15 de enero de 1922.[3]
- En este circuito también se celebraron las carreras de la Secretaría de Guerra. [3]
Corridas Destacadas[editar | editar código]
- El evento más importante del hipódromo fue el Derby Mexicano. En mayo de 1922 unas 10 mil personas asistieron para ver ganar al caballo Star Eye, cuyo propietario se embolsó 15 mil pesos. [1]
Referencias[editar | editar código]
- ↑ 1,0 1,1 Tomado de: https://piedepagina.mx/el-hipodromo-de-la-condesa/.
- ↑ https://www.mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia%3A437706
- ↑ 3,0 3,1 3,2 3,3 Tomado de El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/colaboracion/mochilazo-en-el-tiempo/nacion/sociedad/2016/08/1/la-colonia-que-fue.
- ↑ https://www.mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia%3A131419